(RV) El jurado destacó en su argumentación su “lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y por los derechos de las mujeres para participar plenamente en las tareas de pacificación“. Además subrayó que no se puede alcanzar “la democracia y una paz duradera en el mundo hasta que las mujeres no obtengan las mismas oportunidades que los hombres para influir en el desarrollo social a todos los niveles“.
El cardenal Turkson aseguró que “es algo muy noble y alentador para las mujeres que sus iniciativas sean reconocidas a nivel mundial; es algo muy positivo y una buena señal también para las demás mujeres, así como un aliciente para sus iniciativas“.
El purpurado afirmó que conoce a la presidenta liberiana, por lo que puede testimoniar que su liderazgo, su iniciativa a nivel político, es muy apreciado por todos en toda la zona de África Occidental. Y añadió que dirigir el país, tras la guerra civil, ha sido algo sumamente difícil, puesto que ha tenido que guiarlo en medio de facciones y miembros del gobierno opuestos entre sí. De modo que es algo que hay que apreciar.
En cuanto a la otra activista liberiana, el cardenal dice que ha llevado adelante una gran campaña a favor de las mujeres en una situación de guerra civil, donde muchísimas de ellas han sufrido –por secuestros o violaciones–, y añade que en el período que siguió a la guerra, la rehabilitación de estas mujeres –con todas sus historias de abusos– ha sido algo muy triste. En su opinión, se trata de una persona que ha animado a las mujeres. “Me alegra –dice el purpurado– que el mundo aprecie tales iniciativas y haya querido premiarlas de un modo tan clamoroso“; a la vez que da su apoyo a la activista yemení por lo que ha hecho. “Aprecio, por tanto –dijo– que la comunidad internacional reconozca las iniciativas de estas mujeres“.