(EP) El cardenal Bagnasco pronunció ayer un discurso en el que advertía de que la política italiana necesitaba “purificar el aire” de los comportamientos “licenciosos” y las relaciones “impropias”. El cardenal criticó así los continuos escándalos en los que se ha visto implicado el primer ministro italiano en los últimos meses, como el 'caso Ruby' en el que el Tribunal de Milán acusa al mandatario de prostitución de menores y abuso de poder
El cardenal aseguró que estos escándalos son “historias que, si son probadas, revelan estilos de vida difícilmente compatibles con la dignidad de las personas y el decoro de las instituciones y de la vida pública” y advirtió que estos comportamientos “no sólo mortifican al país” sino que también dañaban su imagen en el exterior.
No obstante, el presidente de Lombardía y senador del PDL, Roberto Formigonni, ha asegurado que el mensaje de Bagnasco estaba dirigido “a todos”, mientras que el diputado Osvaldo Napoli, del mismo partido, ha asegurado que “la fuerza de la Iglesia es su universalidad y su debilidad es su tentación de hacerse partidaria” y ha destacado que espera que Bagnasco “se preocupe de la fuerza y evite la tentación de la debilidad”.
Por su parte, el diputado del PDL y ex ministro de Bienes Culturales Sandro Bondi ha precisado que “no está de acuerdo con el cardenal Bagnasco” porque “ha llegado a conclusiones unilaterales de todo tipo, asumiendo como creíbles algunas hipótesis que por ahora permanecen como acusaciones no demostradas” y que “han sido el resultado de una intromisión desconcertante e ilegal en la vida privada de las personas”.
Asimismo, la vicepresidenta de los diputados de la Liga Norte, Carolina Lussana, ha subrayado que el mensaje de Bagnasco estaba dirigido “a todos” y que “podría valer también para la Iglesia por lo que respecta a la pederastia”. Según Lussana, quien esté “libre de pecado, que tire la primera piedra”, aunque ha precisado que “todos tenemos la obligación de mantener un decoro en nuestros comportamientos”.
Además, el presidente del partido de la oposición Alianza para Italia, Francesco Rutelli, ha subrayado que “las declaraciones de los obispos indican que Berlusconi no tiene el consenso ya de nadie” y ha destacado que “es evidente que Bagnasco respondía a un malestar profundo” que hay en “sus bases” que pedían “un pronunciamiento ético y en cierta medida, político”.
Finalmente, el portavoz del partido de centro Futuro y Libertad, Italo Bocchino, ha destacado que la Conferencia Episcopal italiana “tiene su propio lenguaje” aunque ha precisado que “no se puede fingir que lo que ha dicho el cardenal no esté dirigido a Berlusconi”, según informa el diario 'La Repubblica'.