(Fides) La historia - explica la fuente de Fides - es emblemática para hacerse a la idea de la violencia y la discriminación que sufren las minorías religiosas, y todos los días llama la atención sobre la llamada “ley de la blasfemia”, que se utiliza para atacar a los cristianos.
El caso de Javed Masih (nombre inventado) se ha producido en los últimos días en una ciudad de Punjab, que Fides prefiere no hacer pública, teniendo en cuenta que el hombre pone en riesgo su vida: perseguido por los extremistas, podría ser ejecutado en cualquier momento por lo que se ve obligado a esconderse. Javed de 40 años de edad, está casado y es padre de 3 hijos: su vida está arruinada y devastada, y según cuentan las fuentes de Fides, está obligado a reconstruir su vida en otro lugar, quizás cambiando incluso de identidad.
Javed enseña en una escuela pública, frecuentada por estudiantes en su mayoría musulmanes. Uno de ellos, al que Javed regañaba a menudo por motivos de estudio, se dirigió a otros profesores musulmanes. Juntos organizaron una campaña de desprestigio y cacería hacia Javed: quemaron páginas del Corán, acusandole del gesto profano. A partir de ese día Javed fue obligado a renunciar de su trabajo de profesor, pero continuó recibiendo amenazas e insultos cada vez más apremiantes, incluso en su casa. Teniendo en cuenta los peligros, se trasladó con su familia a un lugar no revelado.
Aun así, confiando en el sistema judicial de Pakistán, Javed quiso presentar un recurso ante el Tribunal de Primera Instancia, para demostrar su inocencia. Fuentes de Fides cuentan el resultado negativo de la apelación: “No sólo el tribunal no lo ha resuelto, sino que no ha emitido ninguna orden para detener a los extremistas, y le ha recomendado salir del país. Viniendo de un órgano que se supone que representa la justicia en Pakistán, es paradójico. Es la prueba de la impotencia del sistema, incapaz de proteger los derechos de las minorías religiosas. Es la prueba de la subordinación de los tribunales a los grupos fundamentalistas islámicos. También lo es de la responsabilidad del Estado en la persecución de los cristianos inocentes, para quienes la justicia es sólo un espejismo”.