(334) «Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio»
–Yo esperaba que, habiendo escrito usted varias veces sobre el pudor y la castidad, ya…
–Vana esperanza. Póngase cómodo y siga leyendo.
Conviene que en este blog trate yo de vez en cuando del pudor y de la castidad por dos graves razones: porque los pecados contra esas virtudes van creciendo de año en año, y porque actualmente es muy infrecuente, casi inexistente, la predicación cristiana sobre esta grave cuestión moral. Por eso escribí sobre estos temas en 2009, 2012 y 2014, publicando series de varios artículos, de los que al final de éste doy referencia.
Esté atento el lector, porque aquí se la va a recordar una doctrina católica de la Iglesia, que partiendo de la palabra de Cristo, ha estado siempre viva en el pueblo cristiano hasta hace unos cuantos decenios, pero que actualmente está desaparecida, cuando no negada abiertamente. En un artículo anterior, (326) Catálogo de pecados descatalogados, ya dije que «el impudor es hoy un pecado descatalogado entre la mayor parte de los católicos».
* * *
Mateo 5,28: «Habéis oído que se dijo: “no cometerás adulterio”. Pero yo os digo: “todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”»
–El Sexto mandamiento del Decálogo prohíbe sólo el pecado de adulterio entendido como acto exterior (Ex 20,14; Dt 5,18). Pero en el N.T. denuncia Jesús también «el adulterio del corazón», cometido únicamente en el interior, por las malas miradas y deseos consentidos.
El Décimo mandamiento, «no desear la mujer del prójimo», Dt 5,21, no se refiere originalmente al mal deseo de lujuria, sino, como se ve claramente por el contexto, al mal deseo de apropiarse de lo ajeno. Sin embargo, como señala San Juan Pablo II, ya en el A.T., en los libros sapienciales, concretamente en los Proverbios (5,1.6; 6,24-29) y en el Eclesiástico (26,9-12), se hallan advertencias para precaverse de la seducción de la mujer mala y provocativa (El amor humano en el plan divino, catequesis 38, El adulterio en el cuerpo y en el corazón, 4). «Aparta tus ojos de una mujer hermosa, y no te fijes en belleza ajena. Por la belleza de una mujer muchos se perdieron, y a su lado el amor se inflama como el fuego» (Eclo 9,8). Estas enseñanzas de la tradición sapiencial, sigue diciendo el Papa, preparaban al pueblo judío para «comprender las palabras [de Jesús] que se refieren a la “mirada concupiscente” o sea, al “adulterio cometido con el corazón”» (ib.6; Juan Pablo II analiza ampliamente la cuestión: Catequesis 38-43).
–La frase de Jesús que comento, incluida en el Sermón de la Montaña, se fija en la pecaminosidad de «la mala mirada», conoce que en ella está el origen del mal deseo, y sabe que de éste puede derivarse la mala acción del adulterio o de otros pecados de lujuria. Los Santos Padres, a este respecto, suelen recordar el adulterio de David con Betsabé (2Sam 11): David ve a una mujer bañándose en una azotea; la mira; la desea con mal deseo; la trae a su palacio para convivir con ella en adulterio, y ordena el asesinato de su esposo para ocultar su pecado.
–Habla Jesús del mal deseo de la mirada «a la mujer», porque sabe que el impudor social visible relativo a la mujer es mucho más frecuente y peligroso que el referente al varón, aunque, por supuesto, también se da en éste a su modo. Impudor, por otra parte, puede haber en las conversaciones, en la literatura, en los espectáculos, en tantas formas y ocasiones. Pero en esta frase del Señor que comento Él habla del impudor de la mala mirada a la mujer. Es realista. De hecho, hoy la industria pornográfica centrada en el cuerpo de la mujer es incomparablemente mayor que el referente al hombre. Y en ese «adulterio del corazón» del que habla Cristo caen los hombres con mucha más frecuencia que las mujeres. En este ámbito, la mujer peca más bien de impudor –y de orgullo, y de vanidad– cuando con su modo de vestir, sus gestos y actitudes, ocasiona en el varón el pecado del adulterio interior. Aunque es obvio que una mujer modesta y decente puede ser objeto, sin culpa suya alguna, de miradas y deseos malos. Y sigue diciendo el Maestro:
Mateo 5,29: «Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado en la “gehenna” entero»
Nos manda, pues, Jesús en estas frases del Evangelio referidas a la castidad, que evitemos las malas miradas, que anticipan los malos deseos, que fácilmente llevan a otros pecados de lujuria. No manda, por supuesto, que realicemos ninguna amputación, que sería un pecado, sino que con su gracia dominemos el ejercicio de nuestros sentidos, no mirando con mal deseo aquello que puede inducirnos al pecado, y apartándonos de toda ocasión próxima de pecado. Santo Tomás de Aquino, en la Catena aurea (Mt 5,27-28), sintetiza la Tradición patrística citando, entre otros, este excelente texto de San Gregorio Magno:
«Todo aquel que mira exteriormente de una manera incauta, generalmente incurre en la delectación de pecado, y obligado por los deseos, empieza a querer lo que antes no quiso. Es muy grande la fuerza con que la carne obliga a caer, y, una vez obligada por medio de los ojos, se forma el deseo en el corazón, que apenas puede ya extinguirse con la ayuda de una gran batalla. Debemos, pues, vigilarnos, porque no debe verse aquello que no es lícito desear. Para que la inteligencia pueda conservarse libre de todo mal pensamiento, deben apartarse los ojos de toda mirada lasciva, porque son como los ladrones que nos arrastran a la culpa» (Moralia 21,2).
* * *
La «extraña» doctrina cristiana del pudor, muy poco conocida y apreciada en el mundo pagano, llega al conocimiento de los pueblos por la Revelación bíblica, y concretamente en relación con el pecado original. Crea el Señor a Adán y Eva, y «estaban ambos desnudos, sin avergonzarse de ello» (Gen 2,25). Pero al perder por el pecado la justicia y gracia en que habían sido creados, inmediatamente se les abren los ojos, sienten vergüenza de su desnudez y se visten como pueden (3,7). Más aún, «les hizo Yavé Dios al hombre y a su mujer unas túnicas de pieles, y los vistió» (3,21). En estos versículos la Biblia enseña dos verdades: que en el hombre caído, trastornado por el pecado, el vestido es una exigencia natural y la desnudez es anti-natural, algo contrario a la naturaleza caída del hombre. Y enseña también que, después del pecado original, el mismo Dios que creó desnudos al hombre y a la mujer, «los vistió»; es decir, que quiso Dios el vestido humano, y prohibió la desnudez impúdica. Ésta ha sido la fe constante de Israel y de la Iglesia de Cristo.
Por tanto, ciertas modas en el vestir, ciertos espectáculos, ciertas playas y piscinas, ciertas imágenes innumerablemente difundidas en prensa impresa y más aún en medios digitales, en los que casi se elimina totalmente ese velamiento social del cuerpo humano querido por Dios, son inaceptables para los cristianos Aceptarlos es avergonzarse de la propia fe, mundanizarse en pensamientos y obras, y acercarse a una apostasía explícita o implícita. No voy a entrar en cuestión de centímetros; pero sería infiel a la Revelación de Dios y a la doctrina de la Iglesia si no afirmara que el vestido es grato a Dios y la desnudez impúdica le ofende, porque daña al hombre y a la mujer caídos.
Esta es la antigua enseñanza de la Sagrada Escritura, de los Padres y de toda la tradición cristiana, que ya a los comienzos de la Iglesia, teniéndolo todo en contra, venció el impudor de los paganos. La desnudez total o parcial en público –relativamente normales en el mundo greco-romano, en termas, teatros, gimnasios, juegos atléticos y orgías–, fue y ha sido rechazada por la Iglesia siempre y en todo lugar. Volver a ella no indica ningún progreso, no significa recuperar la naturalidad del desnudo y quitarle así su falsa malicia, sino que es una degradación. Es un mal, pues «el mal es la privación de un bien debido» (STh I,48,3), y en este caso el vestido es un bien debido al hombre caído.
En conclusión, es un pecado de impudor que hombres y mujeres se muestren semi-desnudos en público, haciéndose al mismo tiempo para otros ocasión próxima de pecado. Aunque esa costumbre esté hoy moralmente aceptada por la gran mayoría, también de los cristianos, sigue siendo mundana, anti-cristiana. Jesús, María y José de ningún modo aceptarían tal uso, por muy generalizado que estuviera en su tierra. Y tampoco los santos. Como tampoco lo aceptan hoy, en la vida religiosa o laical, los fieles cristianos que de verdad son fieles.
Que Cristo viva en nosotros y crezca día a día
–Toda espiritualidad cristiana es una participación pascual en la muerte y la resurrección de Cristo. «Él, muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida» (Pref. I Pascua). Hay en cada uno de nosotros dos hombres, el viejo, el carnal, el que viene de Adán, y el nuevo, el espiritual, el que viene de Cristo. Y los dos tienen deseos absolutamente inconciliables. No puede Cristo vivir y crecer en nosotros sino en la medida en que, dejándonos mover por su gracia, vamos dando muerte al hombre viejo. Ya nos lo ha avisado claramente: «Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome cada día su cruz y sígame» (Lc 9,29). No hay otro modo. En virtud de la Cruz de Cristo, participando de ella, podemos morir al hombre viejo; y en virtud de su Resurrección, participando de ella, podemos crecer en la vida de Cristo. Y esto que se produce en cada obra buena cristiana, tiene su fuente en la Eucaristía: ahí es donde más realmente participamos del misterio pascual de Cristo. Oigamos a San Pablo:
«La tendencia de la carne es enemistad con Dios y no se sujeta ni puede sujetarse a la ley de Dios… Los que viven según la carne no pueden agradar a Dios; pero vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que de verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros»… Por tanto, «no somos deudores a la carne de vivir según la carne, que si vivís según la carne, moriréis; pero si con el Espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis» (Rm 8,1-13). En consecuencia, volviendo al tema:
Si queremos que Cristo viva y crezca en nosotros, tenemos que evitar las malas miradas que suscitan malos deseos, que a su vez engendran adulterios del corazón y otros pecados de lujuria. Sin morir a los malos deseos del hombre viejo, matándolos, no podemos vivir cristianamente: no le dejamos a Cristo vivir en nosotros, comunicándonos su Espíritu, el de Dios. Evitar una mala mirada deseada por el hombre viejo es, si se quiere, una muerte, algo negativo (es negarse a sí mismo, tomar la cruz); pero en realidad es vida, es algo positivo (seguir a Cristo, vivir con Él), pues es un acto de amor. Toda negación si está realizada por amor, es una inmensa afirmación positiva (por ejemplo, renunciar a un viaje de vacaciones, para poder entregar el gasto previsto a unos familiares en apuros). Del mismo modo el no mirar (–) aquello que no se debe desear es un acto intensamente positivo (+), pues es un acto de amor a Cristo, realizado con el auxilio de su gracia.
–Potenciemos, pues, con actos afirmativos de oración las negaciones que imponemos a las miradas impúdicas. Que no quede esa obra preciosa limitada a su negatividad: no mirar. Que siempre vaya acompañada de una oración por nosotros y por la conversión de las personas impúdicas. El sistema ha dado resultados infalibles durante veinte siglos. Pero eso sí: ha de unir siempre el ora y el labora. El ora con fe y el labora con determinada determinación. No falla.
Bastará para la oración una elevación rápida del corazón a Dios, en forma de súplica o de acción de gracias. Puede ser sin palabras, pero también con palabras, si éstas nos ayudan: «Padre, líbranos del mal a mí y a ésa», «Tu gracia vale más que la vida», «Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor», «Padre nuestro, no nos dejes caer en la tentación», «Tomo la cruz y sigo a Cristo», «Virgen María, auxilio de los cristianos»… Quien así ora y obra no vuelve de las situaciones de tentación derrotado, herido y triste, sino victorioso, fortalecido y alegre. Dando gracias a Cristo Salvador.
*Reconozcamos la obligación moral de evitar las miradas concupiscentes en la calle, en playas y piscinas, en revistas indecentes, en ciertos programas de la televisión, en tantos sitios digitales, en espectáculos pornográficos, si queremos guardarnos como templos sagrados de la Santísima Trinidad, que habita en nosotros. Y si no queremos cometer «adulterios del corazón».
*Reconozcamos que incluso es pecado (leve o grave) ponerse sin necesidad en ocasión próxima de pecado (leve o grave), y apliquemos este principio moral a las miradas lascivas denunciadas por Cristo como «adulterios interiores».
*Reconozcamos los cristianos, especialmente las mujeres, que es pecado (leve o grave) poner a otros en ocasión próxima de pecado (leve o grave). Muchas cristianas hoy parecen creer que tienen derecho a vestir según las modas mundanas de su ambiente, aunque esas modas sean sumamente indecentes. Más aún, creen (?) que siendo seculares tiene por vocación y obligación aceptar su condición secular, que consiste en adaptarse a las cosas del mundo. Están muy equivocadas. Jesús y los Apóstoles enseñaron lo contrario (Rm 12,2). Les convendrá recordar, por otra parte, los avisos dados por Cristo con toda gravedad: «Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que sucedan escándalos, ¡pero ay de aquel por quien viene el escándalo!» (Mt 18,7-8).
Y no se engañen tampoco nuestras hermanas cristianas, pensando que visten con pudor cuando asumen en grados un poquito rebajados modas de un grado absolutamente impúdico. Creen (?) que así ya no escandalizan. No pocas veces escandalizan de hecho. Pero además, sepan que en sus modos de vestir la misión de las mujeres cristianas en el mundo no consiste en no escandalizar, sino en manifestar en formas visibles la santidad de Cristo, de quien ellas son miembros, y en difundir en el mundo la belleza del pudor evangélico. Sabemos que en la primera evangelización, la del Imperio Romano, la modestia humilde y digna de las mujeres cristianas en el vestir tiene una importancia muy considerable. Es para los paganos una revelación, una pre-evangelización. Hoy por el contrario, aquellas cristianas que están mundanizadas en el vestir, además de que escandalizan, difunden de modo implícito, pero muy elocuente, un cristianismo profundamente falsificado.
* * *
–Como es sabido, las virtudes crecen por actos intensos, no por la mera repetición de actos remisos. En palabras de San Ignacio de Loyola: «vale más un acto intenso que mil remisos» (Cta. 7-V-1547,2; cf. STh II-II, 24,6; I-II, 52,3). Pues bien, en el verano, con eso del calor y de las vacaciones, suele llegar el ambiente del mundo a un paroxismo de impudor: vale todo, todo está permitido. Si el cristiano ha de guardarse de las tentaciones y resistirlas, tendrá que realizar con la gracia de Cristo muy frecuentes actos intensos, de tal modo que vaya por la calle o en el autobús o entre en un mercado, y no digamos si va a la playa o a la piscina, el Espíritu Santo le moverá a recoger su mirada cada vez que venga la tentación o simplemente le llevará a no asistir a lugares impúdicos –«muerto el perro, se acabó la rabia»–.
Según esto, el verano puede ser un tiempo intenso de gracia, que purifique los corazones y los haga crecer en Cristo. Lo que viene a demostrar una vez más que «todas las cosas colaboran al bien de los que aman a Dios» (Rm 8,28): también los pecados, en este caso de impudor. Y por supuesto, estas condiciones estivales tan estimulantes para crecer con la gracia de Dios en el pudor han de ser aprovechadas no sólo por los varones, no mirando lo que no deben, sino también por las mujeres, vistiendo como Dios manda, lo que también les exigirá a veces, según las circunstancias, actos heroicos. Unos y otras, movidos por el Espíritu Santo, negarán día a día todo lo que viene del diablo, principe de este mundo, y afirmarán día a día todo lo que viene de Dios, por obra del Espíritu Santo; tanto en el dominio de la mirada, como en el modo de vestir, o en la renuncia a ciertos lugares, compañías o excursiones.
Las ocasiones próximas para los pecados de lujuria vienen a abundar hoy en todas las épocas del año en publicaciones, revistas, televisión, medios digitales, y en un grado desconocido en la historia. Un niño de escuela, con un clic, puede en unos minutos ver cien veces más y mayores indecencias que sus abuelos, y quizá sus padres, vieron en toda su vida. Pero por lo que se refiere a la vida ordinaria, en el verano se multiplican mucho las tentaciones que estimulan las malas miradas: en la calle, en todos los lugares, hasta en los templos. Consiguientemente, el verano es un tiempo muy favorable para el crecimiento en pudor y castidad, si las tentaciones vienen a ocasionar actos intensos movidos por la gracia del Salvador.
José María Iraburu, sacerdote
Post post.–El verano, el otoño, el invierno y la primavera, se entiende.
Post post.–En este blog hay tres artículos sobre El pudor (10-12; 2009); dos más en Elogio del pudor (180-2-3: 2012), y una serie de siete artículos sobre la Castidad (258-264: 2014).
50 comentarios
"Entrad por la puerta estrecha . Que es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdicion y son muchos los que entran por ella. y es estrecha la puerta y angosto el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que la encuentran"(Mateo;7;13-14)
Todo lo que es verdaderamente bueno,segun el orden de Dios, al hombre viejo le cuesta,en cambio para el hombre nuevo,es gratis, por el Amor de Dios. Quiere esto decir que la puerta estrecha y el camino angosto,que aparentemente nos es dificil de transitar, en la realidad de Dios,es decir,en la Vida de Gracia,se nos ira haciendo mas amable y deleitable. Por el contario,segun la proporcion de nuestra Comunion,la puerta ancha y el camino espacioso,cada vez nos resultara mas aborrecible. Claro,es la logica resultante de contemplar la Verdad, de caminar en la Luz; el resultado es la Vida abundante del Amor a Dios.
Y asi,antes me recreaba en malas miradas,y ahora me gozo en evitarlas. Antes no me podia resistir al porno y ahora no le dejo existir,para no tenerle que resistir; le ataco de raiz.
La Gracia del Señor nos va haciendo amar la pureza de intencion,para limpiar nuestro corazon de impureza.
Haz pasar hambre al animal carnal que llevamos dentro, dandole todo el alimento al hombre espiritual, aquel se quedara sin fuerza y este todo lo podra en Cristo que nos fortalece.
No nos dejes,Señor,adulterar el Amor con la baja pasion.
La Paz de Cristo.
--------------------------
JMI.-Los limpios de corazón verán a Dios.
y ésa es la mayor felicidad del hombre.
Por cierto hoy dia ya se ha hecho tradicion de que cuando hay ceremonias en la Iglesia las mujeres asistan con vestidos bien cortos o algunas jovenes mostrando el estomago o escotes. Salen muchos diciendo "tu eres el de la mente enferma que las miras mal, las mujeres tienen derecho a vestir como les de la gana", pero por favor seamos realistas, y especialmente los templos catolicos no son para ir a despertar lujurias.
Y después se van quejando de otros q van haciendo lo mismo. Como se dice no hay mas ciego q el no quiere ver.
Q les pasa a las chicas de las foto?
Cometen algún atentado contra la moral?
Les falta un velo, burka?
----------------------------
JMI.-Así está el patio.
Tantas leyes antivelo o burka y el enemigo como siempre está en casa.
Quería decir esto, pensando en los que ahora son padres de niñas adolescentes, que cuando juzguen sus usos en el vestir, piensen no solo en los adultos que las van a mirar, sino en la gran cantidad de niños adolescentes que, mucho menos preparados (e insensibilizados) que los que son adultos, gracias a ellas van a caer en graves pecados por primera vez.
Un saludo en Cristo.
Quiero que con este artículo piensen lo que deben hacer, y opten por lo correcto, ya que a las tres, se les está tratando de inculcar la Doctrina Católica. Y, digo inculcando; porque la sociedad y, por desgracia ya ni los colegios, ayudan a ello.
Gracias por este artículo, porque por él, puedo "entrarles" en el tema tan delicado, pero importante a la vez. No sabía cómo hacerlo y esto me va a permitir hacerlo. Había pedido por ello mucho y ahora tengo la oportunidad.
Le estoy muy agradecida.
Dios se lo pague.
Un saludo desde La Rioja.
---------------------------------
JMI.-Bendigamos al Señor.
Bendición +
Alabado sea Dios, quien nos rescata de las tinieblas y de la muerte.
------------------------------
JMI.-Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. Bendición +
Y digo yo: ese supuesto impudor, ¿no debería también predicarse también de los hombres? ¿O es que las mujeres son más impúdicas por nnaturaleza?
---------------------------
JMI.-Tendrá que dirigir usted su reclamación a nuestro Señor Jesús, pues es Él quien en el Evangelio habla sobre mirar con mal deseo a una mujer. Yo solamente me limito a explicar y comentar sus palabras.
Para el que no quiere, entrar en ocasión próxima de pecado, es decir, cumplir con El Pesame,, con lo lo que uno le dice al SEÑOR!!!!a travéz del Sacerdote, es cierto, hay que AMAR,!!!!El AMOR ES la Palabra peor usada!!!aún en la Iglesia, sobre todo por los buenistas,"No Hacemos el Bien que queremos y si el mal que no queremos!San Pablo, en mi no en la manzanita, quién me va a contar, que cai en tantos pecados, en mi vida anterior a la de converso, que hace el mal, viendo semejante oferta, ilustrada por las fotos, aún en la Iglesia!!!!La Castidad es fundamental, para estar en Gracia,sino uno puede comulgar hasta Sacrilegamente!!!!Por lo que Usted dice sólo los limpios de Corazón verán a Dios!!!!!
Muchas Gracias y que Dios lo bendiga!!
----------------------------------
JMI.-Que a veces hay mujeres más o menos impúdicas, obviamente hay grados muy diversos, que se muestran en la calle o simplemente en la casa, o en una revista pornográfica, en un espectáculo), y que su impudicia suscita las miradas impúdicas de los hombres (o mujeres) que las miran con mal deseo, es algo de cultura general, que no merece la penas discutir.
Tiene culpa la mujer cuando se muestra en forma impúdica, y tiene culpa el hombre cuando la mira con mal deseo.
Eso lo entiende cualquiera.
Y por supuesto que los cristianos tenemos que ser pudorosos, pero no enfermizos.
Le aseguro que ser católico, apostólico y romano no hay que estar de acuerdo con todo lo que usted escriba.
------------------------------------
JMI.-Así está el patio.
"Pero además, sepan que en sus modos de vestir la misión de las mujeres cristianas en el mundo no consiste en no escandalizar, sino en manifestar en formas visibles la santidad de Cristo, de quien ellas son miembros, y en difundir en el mundo la belleza del pudor evangélico"
Mejor no puede decirse.
------------------------------
JMI.-Gracias a usted por discernir y señalar la enseñanza principal del artículo.
Gracias a Dios porque se lo ha hecho entender.
sino de que su artículo es larguísimo y apenas toca en nada mi tema.
Más allá de discusiones más o menos bizantinas, algo práctico es lo que he visto en los encuentros de jóvenes de Taizé: a la entrada de la iglesia hay "paños de hombros", por llamarlos de algún modo, para cubrirse los hombros.
Lo mismito que los divorciados vueltos a casar o cualquier otro pecador.
--------------------
JMI.-Así está el patio.
Eso lo entiende cualquiera."
Habrá casos y casos, pero si alguien siente lascivia al ver la foto de esas chicas, el culpable es él y sólo él. Yo no la siento. En absoluto. Y si alguien no puede concentrarse en la misa por que tiene delante a una chica con minifalda, el lascivo y el culpable es él y sólo él. Decir que la culpa es de ella por provocar me parece una barbaridad. Es un razonamiento típico de violadores.
---------------------------
JMI.-Así está el patio.
Supongo que en esa época sacerdotes como usted predicarían sobre el pecado de mirar tobillos de mujeres.
Quiero decir con esto que si a alguien le produce escándalo ver unas chicas como las que usted ha puesto en la foto el problema es del que se escandaliza.
En el siglo I las mujeres, tengo entendido,iban bien tapadas y, sin embargo, el Señor habla de adulterio en el corazón.
Me temo que el problema no sea el largo de la ropa.
---------------------------
JMI.-Así está el patio.
"Y si alguien no puede concentrarse en la misa por que tiene delante a una chica con minifalda, el lascivo y el culpable es él y sólo él. Decir que la culpa es de ella por provocar me parece una barbaridad. Es un razonamiento típico de violadores".
Es como decir, que alguien pudiente que tiene un Rolls-Royce o Bugatti Veryon, no lo hace para lucirse, para presumir hacia la gente, sino sólo para darse gusto así mismo... pues, eso ES UNA GRAN MENTIRA.
Igualmente, decir que una mujer muy hermosa y vestida provocativamente que asiste a Misa, o donde vaya, sólo lo hace para darse gusto a ella, y no llamar las miradas de los hombres..... ESO, TAMBIÉN ES UNA GRAN MENTIRA.
LAS COSAS COMO SON.
------------------------------
JMI.-"Las cosas como son": afirmación neta del realismo, dejando a un lado truquillos ideológicos anti-pudor. Dios quiso, después del primer pecado, al hombre y mujer "vestidos", y él mismo los vistió. Cuanto unas modas más se alejan del vestido y más se acercan a la desnudez, más se alejan de Dios: aumentan en mundanidad y disminuyen en cristiandad. Elemental.
En principio, cuando una mujer aumenta su desnudez acrecienta su sex-appeal, es decir, hace más fuerte su atracción sexual, su llamada a posibles miradas lascivas. Eso es de cultura general.
(Siempre, ejem, ejem, que no sea tan fea que, cuanto más tapada, mejor).
----------------------------
JMI.-Cuando las objeciones que ponen algunos están ya respondidas en la exposición del artículo, y significan así directamente un rechazo de la enseñanza de Cristo y de la Iglesia, no merece la pena (no resulta posible) dar respuestas o aclaraciones convincentes en un comentario necesariamente breve. Si no les valen los argumentos de Escritura, de Padres, de Magisterio apostólico que he citado, mucho menos les van a valer más explicaciones mías. Yo no hago más que exponer la doctrina de Cristo tal como la Iglesia la ha enseñado XX siglos.
Otras veces son objeciones irónicas y burlonas, tipo burka, o lo que es peor, que me hacen decir lo que no he dicho. No me animo a responderles.
Jesús al predicar el Evangelio afirmaba esto y negaba lo otro, pero no solía dar muchas explicaciones y prolijas argumentaciones para justificar su afirmación o negación. Unos veían en sus palabras el esplendor de la verdad, otros lo tenían por tonto o falsario. Y yo en este artículo no he dado opiniones mías, hablando en nombre propio: he transmitido la doctrina de Jesús y de la Iglesia.
El que pueda entender que entienda, decía Jesús.
Qui potest capere capiat!
como siempre sus artículos son tan hermosos, llenos de sabiduría divina y que hacen querer conformarnos mejor al querer de Nuestro Señor. Como mama de 5 hijos, 4 de ellas mujeres de entre 12 y 22 años quisiera dar mi testimonio (que si cree que es inútil o inconveniente lo borra). Me case hace 22 años atrás (a los 20 años), y aunque no era tan común la impudicia actual, había muchas cosas que no las tenia bien claras. Habiendo caído en pecado mortal con mi novio, me case embarazada pero Dios me regalo la gracia de la conversión (si bien era de familia católica practicante). Le hice la promesa a Dios de jamas volver a pecar mortalmente y que El me diera la gracia de educar a mis hijas en la castidad. El Señor me hizo devota de la Virgen y del rezo del Santo Rosario. Y me me fue mostrando donde mi madre (a pesar de ser una mujer de una fe a toda prueba) se había equivocado en mi educación en el pudor. El Espíritu Santo me hizo ver que las palabras y las conversaciones deben ser siempre santas, correctas (nada de lenguaje ordinario, guarango), que el vestir en las niñas debe ser pudoroso (aun dentro de la casa), que hay ropas que no son para ellas, aunque sean pequeñas, tengan buen cuerpo, se usen, tengan unas telas preciosas, etc. Que el modo de comportarse también debe ser pudoroso, sus posturas, así como lo que leen, lo que miran. Me ayudo grandemente en esta tarea haber decidido que en casa solo entran publicaciones católicas (nada de revistas mundanas), y decimos no tener TV. Me pareció el mejor modo de poner en practica lo que dice el salmo "cerrar los ojos a la maldad". Ademas cuando íbamos de compras hacerle notar que ser cristiano no es fácil y que eso incluye la elección de la ropa, que hay ropa que por mas que este de moda, y se use, no es para las hijas de Dios. Que a veces hay que andar mucho para conseguir algo decente (siempre pedimos la ayuda de nuestro ángel de la guarda para encontrar algo bonito, decente y a buen precio). Todo esto va precedido (o acompañado) por orar ( y educar) para que ellas tengan una relación de hijas con su Padre Dios, sabiendo que primero yo he de vivir como hija de Dios, ya que soy su madre y su maestra. Y con "un gozo que nadie me podrá quitar" escucho a mis hijas decir "mama, nos invitaron a ir a la playa con el grupo parroquial, pero nosotras vamos con vestidos, ni loca nos desnudamos delante de todos", "mama, para la foto de 15 de fulana me dijeron que debía llevar short y musculosa y les dije que no puedo porque no tengo, entonces mi amiga me ofreció su ropa y le dije que no, porque no uso". Y no son unas chicas tímidas o retraídas (las mayores están la universidad), son animadoras de grupo, catequistas, trabajan. Es que el Señor en su infinita bondad no se deja ganar en generosidad, creo, con firmeza , que cuando se nos prometió el 100x1, en realidad era el millón x 1, o mas... infinitamente mas.
-----------------------------
JMI.-Ya sé que dará muchas gracias a Dios por haberle dado a conocer la verdad cristiana del pudor con todas sus consecuencias, concediéndole también transmitirla a sus hijos/as. Dios la ha bendecido y la bendecirá siempre. Bendición +
Si te fijas en ti,no te fijas en Dios y "separados de Mi,nada podeis hacer(para vuestra salvacion-santificacion)".
Nadie se engañe a si mismo ,que cada uno examine sus propias intenciones, que escuche sus pensamientos,que analice sus deseos y entonces vea a quien esta buscando su corazon ,si al mundo y a la carne o a Dios; tenga cuidado; " ¡sed sobrios y estad en guardia!. Vuestro enemigo,el diablo,como leon rugiente ,da vueltas y busca a quien devorar"(1ª de Pedro;5;8).
Cristo vino a poner el hacha a la raiz y nos advierte del poder del pecado. No te digo solo que no mates,te digo que el insulto ya es una forma de matar el Amor en el corazon y es sin Amor en el corazon,como se puede llegar a matar fisicamente. Te digo(bien nos podria decir el Señor) que matar fisicamente es el final de una cadena que empieza en el orgullo,que es el asesino del Amor,sigue en la ira,que nubla la razon,continua en el odio,que hace perder el control,y finaliza en los miembros,que ejecutan la accion.
De la misma manera Cristo nos advierte de las malas miradas. No te digo solo que no adulteres, te digo que en tu corazon ya puedes adulterar el Amor con la lujuria. Te digo que adulterar es una cadena similar a la anterior. Y que tanto el que mira con mal deseo como el que quiere atraer para su si vano,y no para Cristo,las miradas ,no tiene mi Vida en si mismo,sino la vida del egosimo,que es muerte,y produce sufrimiento y muerte; y ojala padezcamos y muramos de verdad,para que en la Verdad,podamos resucitar y vivir."Yo soy la resurrecion y la Vida".
La Paz de Cristo.
Ya, ya sé, así está el patio, pero ¿algo más?.
-------------------------------
JMI.-Realmente, cómo está el patio.
Ignora usted por lo visto que sólo puede pecarse cometiendo un acto libre de la voluntad consciente.
"Y si alguien no puede concentrarse en la misa por que tiene delante a una chica con minifalda, el lascivo y el culpable es él y sólo él. "
Efectivamente, mi mirada cede muchas veces al día a la lascivia, con el consiguiente fantasear y, en ocasiones, pecar, como nos debe de ocurrir al 95% de los hombres. Y quien diga lo contrario o no es un hombre, o es un santo es una persona sexualmente disfucional.
Como sé que mi mirada tiende a la lascivia, es decir, como sé que soy un pecador, por eso mismo acudo a misa, para estar con Cristo, para unirme a Él, con la esperanza de que la Santísima Trinidad me de la gracia de la purificación de mi corazón.
Si quisiera ver chicas en minifalda iría a otros sitios, no a misa.
Con respecto a llamarme violador, tú mismo te descalificas.
Que el Espíritu Santo ilumine nuestros corazones. Paz.
Solo en estos días se sentó muy cerca mío una chica con un short (bastante corto, por cierto) y sin ninguna verguenza pasó a comulgar.
La doctrina católica ya no es referencia obligada para la vida espiritual de los cristianos, menos lo son para las costumbres.
A pesar de que la realidad se muestre contraria, confío en que los católicos renaceremos con nueva fuerza, aunque seremos menos (como decía el Cardenal Ratzinger), roguemos sin cesar para que nuestros sacerdotes sean santos, los que ya están entre nosotros y los que vendrán.
Pidamos la gracia, luz que nos hará ver con claridad, no nos encerremos en nuestros conceptos subjetivos por sola y pura conveniencia, pidamos valentía para actuar a favor de Dios y que no estemos buscando excusas a toda enseñanza de la Iglesia.
Tal vez la clave esté en "negarse a sí mismo"... esto habría que meditarlo más profundamente y quitar las conclusiones.
Padre, las escrituras hablan de otra cosa, las conclusiones sobre playas, ropa o piscinas impúdicas son sólo de Vd.
Como siempre, se trata de controlar a la mujer y de culpabilizar la como hacen los musulmanes con el velo.
Conozco católicas maravillosas, inteligentes, independientes, mujeres espléndidas, seguras de su fe a las que nadie tiene que darles un código de vestimenta.
Sinceramente prefiero un patio así al que Vd. propone, lleno de miedo y potenciales babosos justificando su comportamiento por la longitud de una falda o el tamaño de un escote.
--------------------------------
JMI.-Así está el patio.
Ah, que ya lo he recomendado... vaya.
Se me ocurre que entre el burka y lo que se puede ver en las playas españolas puede haber un punto medio en el que se encuentre el lugar para el sano pudor.
En todo caso, al que vive mundamanente, cosa MUY diferente de vivir cristianamente en el mundo, estas cosas le parecen absurdas, ridículas, etc. Y no hay cosa más penosa que ser cristiano mundano, porque ni es lo primero ni es lo segundo "a gusto".
Y les aseguro que hace 35 años los niños de 10 años no decían las cosa que, sin ir más lejos, yo oí decir a un grupo de chavales de esa edad ayer mientras me tomaba una cervecita junto a mi anciana tía. Hemos ANIMALIZADO hasta a la infancia.
Un lector dice:
"Conozco católicas maravillosas, inteligentes, independientes, mujeres espléndidas, seguras de su fe a las que nadie tiene que darles un código de vestimenta."
Mmmmh.... es casi impensable suponer o asegurar que una genuina católica practicante vista provocativamente. Y si fuera así el caso, aunque su intención no sea acaparar las miradas masculinas, ella misma sabe que la mayoría del hombre es débil y que pecará con sólo mirarla. A sabiendas de esto, si ella decide vestir ligeramente, peca ella, como recalco, aunque su intención no fuese provocar.
Más sigiloso sea el aliado del Maligno para salirse con la suya, sale siempre perdiendo a la Luz de la Verdad de Cristo.
"ni el impudor es cosa esencialmente de mujeres"
El P. Iraburu no ha dicho eso. Ha dicho explícitamente que, aunque las miradas impuras pueden dedicarse tanto a las mujeres como a los hombres, se explica que Jesús hablase de las miradas impuras a las mujeres porque son muchísimo más frecuentes. Como, por otra parte, sabe cualquiera que no esté buscando tres pies al gato.
"En el siglo I..."
Por supuesto, lo que resulta o no impúdico está relacionado con las costumbres de cada época. ¿Y qué?
Catecismo de la Iglesia Católica: "2524 Las formas que reviste el pudor varían de una cultura a otra. Sin embargo, en todas partes constituye la intuición de una dignidad espiritual propia al hombre. Nace con el despertar de la conciencia personal".
"Yo creo que un patio donde se culpabilice a la mujer por vestir moderna sería un patio enfermo".
A nadie le importa que la ropa sea moderna o antigua. El tema es si nos vestimos con pudor o impúdicamente.
Catecismo de la Iglesia Católica: "2521 La pureza exige el pudor. Este es parte integrante de la templanza. El pudor preserva la intimidad de la persona. Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Está ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama."
En cuanto a las chicas de la foto, ninguno aquí las conoce de nada, así que no se trata de su caso personal, sino de ilustrar algo fundamental: que hemos perdido el sentido del pudor porque hace décadas que está por completo ausente de la educación que los católicos dan a sus hijos.
Catecismo de la Iglesia Católica: "2524. ....Educar en el pudor a niños y adolescentes es despertar en ellos el respeto de la persona humana".
No es que a Dios le divierta nuestras debilidades y nuestras miserias. Hubo una caída, permitida, pero no querida por Dios. "En el principio no era así"...
Pero tenemos el auxilio de la gracia.
Solo por gracia llegamos a comprender algunas cositas.
Solo por gracia percibimos un suave destello de esa luz inefable... ya llegará el día en que todo se verá claro ante nuestros ojos, aunque me temo que debemos esperar un buen rato, mientras dejémonos guiar por la Palabra de Dios y la doctrina de los únicos autorizados a interpretarla.
Catecismo de la Iglesia Católica: "2523 ... El pudor inspira una manera de vivir que permite resistir a las solicitaciones de la moda y a la presión de las ideologías dominantes".
El que desconoce la realidad de la concupiscencia pensando que la exigencia del pudor es una "enfermedad" de quien lo predica, está en una postura totalmente pelagiana, de negación de la realidad del pecado, y contraria a la fe y a la praxis bimilenaria de la Iglesia.
Ampliando este tema, si observamos el escándalo hipócrita del mundo ante la caída de sacerdotes y religiosos en pecados contra la castidad (cuando en los laicos son el pan de cada día... ), podemos comprender la importancia que tiene para los tiempos actuales la predicación del evangelio del pudor, y la vivencia de esta virtud en un grado más heroico que antes. El grado de pureza al cual estamos llamados hoy día los cristianos debe ser proporcional a la monstruosidad de la impureza del mundo.
Muchas gracias Padre Iraburu por predicar el evangelio del pudor. Sería muy necesario que muchos más sacerdotes, en las prédicas, en las catequesis, pudieran formar al pueblo fiel en este tema.
----------------------------------
JMI.-Los escrúpulos de conciencia pueden proceder 1) de una mala formación moral y doctrinal, y también 2) de anomalía psicológica: necesidad de estar seguro, de perfeccionismo morboso, etc. O puedeN proceder de ambas causas.
Es una deficiencia psico-espiritual 1) que produce mucho sufrimiento (cruz santificante, si está bien llevada) 2) que puede ser curada por una re-formación correctora de la mala doctrina o por tratamiento psiquiátrico si lo requiere, y 3) que puede darse (atención a esto) en relación al pudor, el ejemplo que usted pone, o en referencia a cualquier otra cuestión. Imagine, por ejemplo, los escrúpulos de una persona que tiene relativa abundancia de bienes económicos y que la da cien vueltas a la cabeza sobre si da de más o de menos a los necesitados: a lo mejor la esposa le dice que demasiado, él pienso que menos de lo debido... Y como éste, podrían ponerse cien temas más, en los que la persona está metida en un laberinto sin saber cómo salir de él. Terrible.
Alejandro Magno cortó de un sablazo el nudo gordiano que nadie podía soltar. Suele decirse que el mejor remedio para salirse de los empantanamientos morbosos de la conciencia escrupulosa es "la obediencia" a un confesor o director espiritual. Ve la persona que "en cierta cuestión" (los escrúpulos suelen ser a veces monográficos) no es capaz de dirigirse a sí mismo con paz, y elige una persona de buen criterio a cuyo juicio se sujeta voluntaria-libremente por la obediencia. Santo remedio.
Y ¿cómo hacerse acreedor a la gracia divina? Escuchando y leyendo la Palabra, acercándonos a los sacramentos, tomando nuestra cruz y rogando a Dios, pero teniendo muy en cuenta que nosotros nada podemos por nosotros mismos, nada podemos sin Cristo, y nadie va a Cristo si no le es concedido por el Padre.
"Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo".
"Señor: derrama tu gracia en nuestras almas, para que los que hemos conocido, por el anuncio del ángel la encarnación de tu hijo, Nuestro Señor Jesucristo, seamos llevados por los méritos de su pasión y cruz a la Gloria de su Resurrección".
"Ésta es mi sangre, sangre de la Alianza nueva y eterna, que será derramada POR MUCHOS para el perdón de los pecados".
Gracias por invitarme a ir a otros sitios. Sin embargo mantengo que el pudor es una cuestión más de actitud que de cm. de falda. Y lo piensan todos los católicos que llenan muestras playas y muchos sacerdotes, especialmente los que han estado fuera de España.
Por cierto aparte de su bromita no aporta nada al tema.
------------------------------
JMI.-Todo el que mira una mujer deseándola con mal deseo, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
¿Le suena?
Le animo a escribir más artículos sobre el pudor, el pueblo cristiano (y muchos de sus lectores) necesita (y necesito) ser purificado con su santa doctrina.
Un saludo en Cristo.
----------------------------
JMI.-Recuerde que en el Post post hago referencia a un buen número de artículos sobre el pudor y la castidad.
Gracias por sus buenas palabras. Bendición +
Lo que hemos dicho algunos es que la fotografía con la que usted ilustra su post no nos produce escándalo . Con lo cual volvemos al pecado en el corazón . Y en la limpieza de los ojos que miran.
Es un hecho que las mujeres hoy no nos vestimos como nuestras abuelas y, le aseguro, eso no nos convierte en cómplices de la lascivia mundial.
Va a decirme otra vez que así está el patio. Lastima, porque hubiera preferido que me explicase si he hablado mal en qué lo he hecho y si he hablado bien por qué me desprecia.
--------------------------------------------------
JMI.-Quiso Dios que el hombre y la mujer, después del pecado original fueran vestidos -ellos mismos se avergonzaron de su desnudez: ahí nació el pudor-. Por tanto, cuanto más las modas reducen el vestido, más se acercan a la desnudez total, más indecentes son, es decir, más contrarias a la voluntad de Dios y peores tanto para el hombre como para la mujer. El bikini, por ejemplo, es claramente impúdico, porque casi equivale a la desnudez total. Unos mini-shorts con una mini camiseta también son indecorosos. El cristianismo esto lo ha comprendido y vivido veinte siglos: acabó con el bikini y la desnudez impúdica.
La Iglesia mantuvo durante toda su historia el sentido del pudor en doctrina unánime, sobre todo en el pueblo común: en los nobles había en ocasiones más relajo. Pero, con precedentes indudables, en la segunda mitad del siglo XX se fue consumando la apostasía de las naciones de Occidente antes cristianas y misioneras. Muchos perdieron la fe, y cuando los mismos cristianos restantes abandonaron la Misa (80/90%), el sacramento de la penitencia (95%), cuando aceptaron la anticoncepción, redujeron la natalidad hasta mínimos demográficos suicidas, cuando cesó el impulso evangelizador en la misiones, cuando despareció de la predicación la soteriología (salvación/condenación), presente en casi todas las predicaciones de Cristo, cuando cesó en forma absoluta la actividad católica en la vida política y cultural... etc., fue entonces (mire usted que casualidad tan inexplicable) cuando en gran medida se perdió el pudor y cesó casi en absoluto la predicación sobre el pudor y la castidad. Qué cosas...
A la descristianización correspondió lógicamente la mundanización en todos esos campos que acabo de aludir, entre los cuales está el modo de vestir también, cómo no: la enorme presión social indujo a considerar aceptables el bikini, los mini-short, y lo que la moda del mundo imperase. Pero en la historia de la Iglesia nunca fue así. Por el contrario, el modo de vestir venía a ser semejante en las religiosas y en las seglares, aunque éstas con algo más de adorno y finura, como es lógico y conveniente. Un caso significativo: cuando en la Guerra Civil española hubo tantas religiosas que se vieron obligadas, para salvar la vida, a vestirse de seglares al modo usual de sus hermanas, mantuvieron el mismo grado de pudor. Si hoy las novicias de las religiosas de Nuestra Señora de Pesebre de Belén (pongamos) tuvieran por ley que dejar sus hábitos (no puede excluirse la posibilidad, dado el totalitarismo del laicismo actual) y vestirse como visten, p.ej., las muchachas éstas de la imagen, mini-short, mini-camisetas, no lo aceptarían de ningún modo. ¿Qué pasa aquí, que las religiosas han de vivir el pudor, conscientes de que son miembros del mismo Cristo, y que deben "expresarlo" socialmente, mientras que las cristianas laicas no tienen que aspirar a lo mismo, a "expresar" a Cristo con el mismo modo de su presencia? No, eso no es así. Unas y otras han de buscar el perfecto pudor y la perfección evangélica, la santidad, con el mismo empeño y sinceridad, como las religiosas, aunque sean diferentes por supuesto los modos y maneras.
"No os conforméis al siglo presente, sino transformáos por la renovación de la mente, para que procuréis conocer cuál es la voluntad de Dios, buena, grata y perfecta" (Rm 12,2). Como le digo, descristianización y mundanización van juntas. Si se fija, en mi artículo me centro mucho más en "la mirada" que en "el vestido", aunque varios comentaristas hayan derivado por ahí el tema, algunos maliciosamente. El artículo trata de las miradas malas a la mujer, que Cristo denuncia como adulterios del corazón: ése es el tema del artículo, y no el vestir femenino.
Por lo demás, el vestido es solamente una parte de la mundanización, y se da en la sociedad actual al mismo tiempo que otras mundanizaciones evidentemente impúdicas (relaciones prematrimoniales, normalización de la pornografía en los medios de comunicación, degradación de la TV, el cine, internet)... Va todo junto en un mismo paquete (kit). Se ha ido configurando un mundo más estimulante del impudor y la lujuria de lo que nunca ha sufrido la Iglesia en su historia. En otros mundos culturales no lo sé, pero en el mundo post-cristiano ciertamente sí lo sé: es patente.
Para terminar. El vínculo social del vestido es extremadamente fuerte. En algunos puntos, salirse de él, es como auto-excomulgarse en la convivencia. Por otra parte, en materias de pudor se da hoy con frecuencia la ignorancia invencible, que atenúa o quita lo que en el impudor haya de culpa: "perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen". Las personas han sido educadas en tales y cuáles modos en su propia familia, es el ejemplo de sus propios padres y maestros, es lo que hacen todos. Y más aún, a veces nunca han oído predicar la doctrina católica revelada acerca del pudor, y quizá si alguna vez han oído algo, ha sido ridiculizándola y calificando al pudor de virtud falsa y morbosa.
Bueno, perdone el rollo, pero me he alargado para que vea que no le desprecio. ¡Y para terminar ya con este rollo, que tengo muchas cosas que hacer más urgentes, a las que no llego si me quedo en éstas!
Un cordial saludo y bendición +
Supongo que, siguiendo el mismo criterio, quien mira a un enfermo deseando que se cure, o a un pobre hambriento deseando que tenga para comer, está haciendo, en su corazón, una obra de caridad.
Práctico lo veo poco práctico, sobre todo para el enfermo o el hambriento, pero cómodo sí lo es para los creyentes.
----------------------------------
JMI.-La agresividad de sus frases no viene a cuento. Las posibles etapas intermedias en vigilia y sueño son muy variables. Si el sueño es tal que no permite en modo alguno el control de la voluntad, es claro que no se puede pecar, por malo que sea el pensamiento o el deseo que se forme. Si es una entrevela que permite "un cierto" control de la voluntad (no hay metro ni peso que lo mida) podrá en tal caso haber "una cierta" culpabilidad más o menos atenuada.
La Iglesia tiene sobre estos temas unas ideas muy claras, que en los tratados de moral o de espiritualidad se explican con toda precisión ya desde antiguo. Antes de que se formularan estos temas en la Psicología moderna experimental, con la que está de acuerdo antes de que ésta naciera.
Gracias, Padre y que Dios le bendiga.
¡Acabáramos!
¿No puede un cura católico predicar y explicar la doctrina católica, citando palabras de Cristo, dirigiéndose en su explicación a fieles católicos?
Este tema está, además, muy ideologizado. Puedo asegurar al padre Iraburu que en muchos ámbitos políticos y sociales este artículo será tenido como incitación a la violencia de "género. Dirán que denigra a la mujer, la discrimina, encorsetado su libertad y la somete al machismo patriarcal. Hay organismos políticos llamados "observatorio de la laicidad", "observatorio de género", etc., cuyo fin último es que todos traguen (traguemos) con la ideología de género por.... taleguillas.
El padre Iraburu se dirige a los católicos y aquéllos que no siéndolo deseen aceptar esta enseñanza. Que, por cierto, resulta ser cierta, está en el Evangelio.
Las mujeres que van con shorts cortísimos o los hombres con camisetas ajustadas marcando músculos de gimnasio lo hacen así para que nadie los mire...., sí, claro que sí, para que nadie los mire y con toda inocencia. Ayer tarde volviendo a casa me encontré con un numeroso grupo de jóvenes de uno y otro sexo, que preparaban su botellona. Iban todos como he dicho. Pavos (y pavas) reales. Por supuesto, para que nadie los mire, con toda ingenuidad y ninguna intención lascivo-ligatoria (permitáseme el neologismo).
Vivimos enmedio de una sociedad y época neopagana, es cierto. Me he acordado de una cosa que me contó mi tía abuela allá por los años 70, finales. Me dijo que San Vicente Ferrer había profetizado que cuando las mujeres no se distinguieran de los hombres en su forma de vestir (han asumido los pantalones masivamente), y se comportaran licenciosamente el fin de los tiempos estaría próximo.
De joven he caído en el pecado de mirar, desear y regodearme en fantasías multitud de veces, es verdad. Desde hace un par de años está dejando de pasarme, ruego a Dios que no me pase, lo que antes no hacía. En cualquier caso, es verdad también que sin la Gracia no se puede seguir esta enseñanza del Señor. Es verdad que del corazón proceden los robos, las fornicaciones, los homicidios, como Él dijo, y sin la Gracia no se pueden mantener el pensamiento, la imaginación y los deseos limpios.
¿Hará un artículo sobre esas otras palabras del Señor acerca del insulto, padre? En realidad es la misma enseñanza que ésta.
Lo celebraremos cerrando la Sala de Comentarios.
Ya vale, que tengo otras cosas urgentes que atender.
Paz y bien en Cristo.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.