El 2 de junio Melinda Gates, esposa de Bill Gates, el fundador de Microsoft, y presidenta de la «Bill & Melinda Gates Foundation» declaró a periodistas canadienses que «había decidido no financiar abortos» (… otra vez, apunto yo). En la página web de la fundación se extendía en los motivos:
Cuando estuve en Canadá, sin embargo, surgió un tema que me preocupa. Me senté con el Primer Ministro Harper para atender las entrevistas de los medios en Toronto, y aunque la mayoría de la conversación tuvo que ver con el impacto del compromiso de Canadá con RMNCH [Reproductive, Maternal, Newborn, and Child Health], todos los periodistas también se centraron en la política del Canadá en materia de aborto.
Dejadme decir por qué esto me preocupa.
En todo el mundo existe un profunda, amplio y poderoso consenso: Debemos proporcionar a todas las mujeres la información y herramientas en el tiempo y el espacio de su embarazo para que se desarrolle de una manera segura y saludable. Este enfoque es simple, funciona, y salva vidas.
La cuestión del aborto debe ser tratada por separado. En los Estados Unidos y en todo el mundo el debate emocional y personal sobre el aborto está amenazando con interponerse en el camino para salvar vidas en materia de planificación familiar básica.
¡¡Bravo, bellísimo!! Aunque los motivos sean que la cuestión del aborto que divide a la opinión estadounidense embarra sus ‘pulcros’ proyectos. Bien, aunque de su famoso RMNCH quede excluido precisamente el niño en el seno materno: se hace el niño y ya se es madre. Curiosa percepción de la maternidad en la que se pasa del Reproductive al Maternal y Newborn.
No le pondría un solo pero a que dejase de financiar el aborto quirúrgico (exigiría más, pero ya sería un paso). Ni un solo pero, si eso fuese verdad. Pero como alertan HLI (Human Life International) y LSN (Life Site News), no es creíble y hay que estar precavidos para no caer en el engaño. Y no únicamente porque los 4.000 millones de dólares que pretende recaudar sean para anticoncepción y el aborto químico, es que no es la primera vez que Melinda miente (o no dice toda la verdad, como prefiráis).
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