(EP/InfoCatólica) En el caso de que hubiera llegado a ser Pontífice, según indica el historiador, «algo hubiera cambiado indudablemente» pues «con un Papa de la categoría de Cisneros muchas cosas hubieran sido muy distintas de lo que fueron».
Según ha explicado Joseph Pérez, su interés por el cardenal Cisneros, sobre el que trata su nuevo libro, viene de los años 50 del siglo XX cuando un profesor dijo en clase que Cisneros había sido probablemente «el hombre de Estado más progresista de la Europa de su tiempo».
Desde entonces, el estudio de Joseph Pérez se centró en la época de los Austrias, pues a su juicio, el corte «fundamental» en la historia de España llega con ellos, y en Cisneros, el hombre que trató de adaptar la monarquía a los tiempos nuevos, aunque no le dio tiempo porque llegó tarde al poder. «El cambio decisivo en la historia de España se sitúa con la llegada de los Austrias y concretamente con la muerte de Cisneros, en 1517», subraya.
Joseph Pérez asegura que si Cisneros hubiera muerto diez años más tarde, en 1527, no hubiera habido Comunidades en España y tampoco se hubiera firmado «nunca» el decreto de inquisición de Toledo contra los alumbrados en 1525 pues Cisneros admitió las visiones, lo que luego se llamó mística, e incluso defendió a la beata de Piedrahita que era vista como sospechosa. Tampoco se hubiera publicado, según añade, el índice general de Valdés por el que se prohibió mucha literatura espiritual en lengua vulgar que Cisneros había permitido.
En el ámbito eclesial, según apunta el historiador, había «mucho que reformar» pues se trataba de «una iglesia muy institucional» con «mucha inmoralidad» y aunque Cisneros «algo hizo», «no lo hizo todo».
Concesión de la nacionalidad a los judíos sefardíes
Por otra parte, Joseph Pérez, que ha escrito sobre la expulsión de los judíos de España –‘Historia de una tragedia: la expulsión de los judíos de España (1993)–, se ha referido al anteproyecto de ley aprobado por el Gobierno español para la concesión de la nacionalidad a los judíos sefardíes, para recordar que ya Primo de Rivera lo permitió. «Dio órdenes a los cónsules y embajadores. Los que podían demostrar que eran descendientes de sefardíes expulsados en 1492 podían presentarse en un consulado y se les haría un pasaporte español», ha apuntado.
No obstante, ha precisado que «muy pocos» se aprovecharon de aquella oportunidad en los años 20 del siglo XX, pues «en aquella época, a los judíos de Oriente, esta medida no les interesaba porque entonces España no era una nación que atraía mucho» y «daba la impresión de ser un país más pobre económicamente», por lo que «preferían ir a Alemania, Inglaterra o Francia donde pensaban que encontrarían mayores oportunidades». Ahora, según ha precisado, no sabe «si tendría más éxito» la medida.
Santa Teresa de Ávila
Por otro lado, con motivo del V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Ávila que se celebrará en 2015, Joseph Pérez, que ha escrito el libro ‘Teresa de Ávila y la España de su tiempo’ (2007), ha reivindicado la figura de la santa, a su juicio, «un ejemplo de vida» no solo para la sociedad española sino para todo el mundo por su «personalidad fuerte», que en la época actual «serviría mucho».
Además, ha destacado de ella su «gran salud intelectual» a pesar de estar físicamente enferma, y su capacidad para «reflexionar, analizar y dar consejos». Era, a su juicio, «una mujer no solo mística sino también de acción» que demostró que podía llevar «una vida contemplativa y al mismo tiempo, intervenir en los problemas de la sociedad». «Por todos estos motivos merece ser puesta como ejemplo de vida», ha subrayado.
