(El País/InfoCatólica) El periodista Juan G. Bedoya, especializado en información religiosa, ha entrevistado para el País al P. Ángel. Tras responder a una serie de preguntas sobre la Fundacion Mensajeros de la Paz y la situación política nacional e internacional, el sacerdote asturiano entra en materia doctrinal:
- En 2006 apostó usted por que Benedicto XVI admitiría antes de cinco años el sacerdocio femenino, y ya ve.
Estoy a punto de ganar.
- Hombre, no. Este Papa va en la dirección contraria. En la última reforma del llamémoslo código penal del Estado vaticano se han endurecido las penas por ordenar mujeres, casi a la par que el delito de pederastia.
Sí, pero ahí está un cardenal Martini y otros prelados y teólogos que piden lo mismo que yo.
- Son personas marginales, a los que Roma no hace caso. En el episcopado español no hay ni un solo obispo partidario de ordenar mujeres.
Lo que los obispos digan... Viven mirando a Roma, como decía el cardenal Tarancón.
- Decía que los obispos tenían tortícolis de tanto hacerlo. Pero Roma es quien manda
Roma ha cambiado. El Papa también cambió cuando ha llegado al cargo. Pero, sobre todo, sigo creyendo en el Espíritu Santo. En cualquier momento le puede influir. Sé que lo que digo va a molestar como si estuviera cometiendo un sacrilegio, pero no hay ni una sola razón para dejar fuera del sacerdocio a la mujer.
- Lo cierto es que el Papa le va a hacer perder la apuesta.
No crea. Está poniendo los pies en la tierra. No está diciendo ahora lo que afirmó cuando era cardenal. Por ejemplo, lo del sida y los preservativos. Después lo quisieron corregir, pero él zanjó la disputa afirmando que dijo lo que quiso decir. Ha sido valiente.
- Usted acaba de regresar de Bolivia, ya ha ido a Somalia, ha estado varias veces en Haití. Algunos indignados han gritado este agosto que el Papa debería ir a esos lugares, en lugar de pasearse entre ricos y poderosos por Madrid. ¿También lo pide usted?
Ya se lo he pedido. Yo me carteo con el Papa, pero no me contesta. Lo último que le he suplicado es que vaya a Somalia. No creo que pudiera resolver nada, pero el testimonio sería impresionante.
- ¿No le parece injusto decir, como afirman muchos obispos e incluso el Papa, que el Gobierno Zapatero es anticlerical y furibundamente laicista, o que aquí se produjo el siglo pasado la mayor persecución de la historia contra los cristianos?
Sí. Es injusto. Lo he dicho siempre. Este Gobierno nos ha dado todas las facilidades y nos ayuda igual que los anteriores. Acudo a las jornadas de la familia en la plaza de Colón y muchas veces sufro. No estoy afiliado ni al PSOE ni al PP, solo estoy afiliado a mi Iglesia. Pero me siento lleno de turbación porque muchas de las cosas que escucho no se perciben después en la calle.