Hay unos 400.000 peregrinos extranjeros en Madrid, quizá más, con motivo de la JMJ. Son chavales jóvenes. Sufren calor, sed, cansancio. Son católicos, pero es muy difícil que sean católicos impecable siempre, a todas horas, todos ellos. ¿Es posible que 400.000 jóvenes lejos de casa sean PERFECTOS durante 24 horas al día, durante una semana entera?
Con la JMJ a punto de acabar, ¿cuántos destrozos y maldades han causado los peregrinos en Madrid?
Las acusaciones contra los peregrinos son de lo más variadas, y por lo general tienen la forma de párrafos genéricos, sin especificar casos concretos o reales. Por ejemplo, un blog anticristiano publica esto:
"Las hordas católicas se muestran maleducadas, te avasallan a su paso con las banderas que portan sin importarles como y donde te golpean; son ruidosas, molestamente ruidosas, cantando, dando palmas, tocando irritantes instrumentos en cualquier lugar, no importándoles en absoluto molestar, por no comentar los varios escenarios montados en distintos puntos de la ciudad con música enlatada o en directo para entretenerles. También son guarros, muy guarros; las calles están llenas de basura, ensucian a su paso más de lo que las brigadas de limpieza dan abasto, eso que están trabajando en mayor número de lo normal. Comen y beben en la calle, sentados incluso en las aceras dificultando el paso a los peatones, en una especie de botellón católico, prohibido para los demás. Lo peor de todo, en contra de la mentira que nos han contado de los beneficios económicos que van a dejar, es que han echado a madrileños y turistas del centro."
Con entusiasmo de inquisidores, blogs y opinadores anticatólicos (y periodistas de MediaPro) buscan desde hace días los peores anti-testimonios que puedan encontrar.
Por el momento, no han logrado hallar gran cosa.
Analicemos ahora, los "pecados" de los peregrinos.
1- "Son maleducados".
Acusación muy genérica y abstracta. ¿Lo son los peregrinos africanos por hablar demasiado fuerte o los peregrinos japoneses por hablar demasiado flojo? ¡Los muy pérfidos japoneses seguro que dicen "glasias" en vez de "gracias"! "Me miran fijamente" y la contraria, "no me miran al hablar" pueden ser acusaciones contra peregrinos de tal o cual país, de culturas muy distintas.
2- "Llevan banderas con las que quizá te puedes golpear".
Ninguna ordenanza en Madrid prohibe llevar banderas. Cada fin de semana miles de aficionados al fútbol las esgrimen en el metro. La JMJ está a punto de acabar y no se sabe de ningún madrileño -ni siquiera entre los madrileños más laicistas- herido por accidentarse con una bandera.
3- "Son ruidosos, cantan, dan palmas, tocan instrumentos".
En realidad quiere decir "son alegres, están felices y eso me fastidia. No son invisibles y eso me fastidia. No son inexistentes y eso me fastidia". Los que se quejan de las canciones de los peregrinos (que son de día; de noche están demasiado cansados) no suelen tener en sus blogs quejas contra los hinchas de la Selección española que salían a las calles cada vez que la selección ganaba un partido en Sudáfrica.
4- "Tienen escenarios con música en la ciudad para entretenerles"
En realidad, los escenarios con música, además de tener todos los permisos de la ciudad, están abiertos a TODO EL MUNDO, sea cristiano o budista o ateo; es una oferta cultural y musical gratuita para cualquiera que pase por Madrid estos días. En la Plaza de España, por ejemplo, en tres días actuaron 12 grupos distintos de música ligados a la Renovación Carismática. No digamos ya el festival de cine, la exposición de arte moderno, etc...
5 - "Ensucian las calles"
Habría que demostrar si ensucian más o menos que 400.000 turistas cualesquiera o que 400.000 madrileños cualesquiera. Nadie lo ha demostrado. Ni siquiera sugerido. En cualquier caso, en los grandes actos masivos bajo el sol, los servicios de limpieza enseguida limpian las mil botellas de agua necesarias para sobrevivir, abanicos de papel, etc... Y, como admite hasta el documental de La Sexta, la cadena más anticlerical, en los grandes actos NO HAY PAPELERAS POR RAZONES DE SEGURIDAD. Fuera de esos momentos, mi experiencia como habitante de Madrid que pasea por la ciudad es que está tan limpia como de costumbre. O más.
6 - "Dificultan el paso a los peatones / en el metro / en las aceras, etc..."
Sí, resulta que los católicos no son etéreos como los fantasmas. Tienen cuerpo, 400.000 en este caso. Perdonadlos por no poder evitarlo. La gente ocupa espacio.
[Da igual, dentro de poco los anticatólicos dirán lo contrario, dirán que "eran muchos menos de los que nos prometieron, casi no se les veía, eran un número irrelevante y se les dio una atención pública desproporcionada".]
7- "Llenan mi bar preferido y no puedo comer en él"
Esta acusación casa mal con otra muy común en los mismos blogs y foros, la de "han vaciado los bares al espantar la clientela", o la de "nos engañaron y no consumen". O una cosa o la otra, todo junto no puede ser. El caso es criticar.
8- "Son unos consumistas, comilones, llenan los bares... ¡con la de hambre que hay en el mundo!, vaya falsedad de cristianos"
Esta es una acusación que hacen los mismos que dos "posts" después escriben: "han vaciado los bares, no consumen, son tacaños, no es el turismo que gasta generosamente y querríamos tener". El caso es quejarse, de una cosa y la contraria, no describir la realidad: que los seres humanos comemos, y ellos gastan los tickets de peregrinos en el comercio local.
9- "Son unos juerguistas inmaduros"
Esta acusación es curiosa por dos razones: 1) la formulan tanto laicistas radicales como ultracatólicos rigoristas y gruñones, extraña alianza. 2) Nadie formula la acusación contraria: nadie los acusa de ser torvos y taciturnos.
La respuesta es muy sencilla: son jóvenes, ¡claro que no son adultos maduros! Platón decía que hasta los 50 años no se podía ser sabio ni prudente. En realidad, la acusación significa "se lo pasan bien, están alegres, y a mi me fastidia verlo porque soy un gruñón".
10 - "Tienen toda la ciudad, que nos dejen al menos la Plaza de Sol"
Esta la han enarbolado los indignados, 15-Ms, y otros colectivos okupadores de la Plaza de Sol. A estos colectivos minoritarios se les podría responder:
1) "Tenéis esa plaza en vuestra ciudad todo el año, todos los días, todos los años... no os moriréis por compartir la plaza unos días";
2) "Tenéis toda España, todo el mundo, todo agosto... qué casualidad que queráis Sol".
3) "Los peregrinos estamos aquí invitados por el gobierno local, regional y nacional; no somos okupas, nos han invitado".
4) "¿Qué significa eso de que Sol es para los anticatólicos, indignados, etc... Sol es para que todos puedan pasear por ella, ¿no? Nadie ha cerrado Sol sólo para peregrinos... más bien, todo lo contrario: sólo a ellos, de toda la humanidad, les está prohibida esta plaza por los violentos.
En cualquier caso, es grave que la recepción del Papa en Cibeles acabara con un mensaje desde megafonía: "no vayáis a Sol por razones de seguridad". Significa: "hay una zona en nuestro país, y no remota sino la más céntrica, en que te pueden agredir por ser católico, una zona prohibida para los de la mochila amarilla igual que otras se prohibieron antaño para los de la estrella amarilla". ¿No es esto una vergüenza para cualquier país?
11 - "Los peregrinos van provocando"
Por lo general significa "van alegres, y eso me chincha" o "los veo rezar, y eso me chincha". Si se lee esa expresión en una crónica sobre la marcha anticatólica del martes que pasaba por Sol significa simplemente "estaban allí". Y es que basta con parecer católico para que los anticatólicos te acusen de "ser provocativo". El único católico no provocativo es el invisible, según ellos. También en los años 30 apaleaban o mataban a los curas vestidos de curas porque "iban provocando".
12 - "Son sucios, no se lavan"
Suelen decirlo los mismos que pocos minutos después se quejan de que gastan muchísima agua del erario público porque no paran de lavarse y ducharse.
13 - "Son unos pijos delicados y opulentos"
Lo dicen los mismos que protestan porque los peregrinos se sientan en las calles y les parece un lujo inaceptable que se les cedan espacios para dormir incómodamente en el suelo.
14- "Me han obligado a cambiar mis planes para agosto a última hora"
A última hora no será, que hace 3 años que se anunció. Si no te gustan las multitudes, no te quedes en Barcelona en verano del 92. Organízate: la información ha sido abundante.
15- "Causan gastos en seguridad"
No. Los terroristas que quieren matar al Papa causan gastos en seguridad. Los locos y fanáticos con ganas de matar cristianos causan gastos de seguridad. Los laicistas radicales que agreden a niñas de 14 años vociferando causan gastos de seguridad. Y, es cierto, cualquier concentración de gente -y más con calor- causa gastos en seguridad. La visita de MIchelle Obama, o cualquier desplazamiento del Rey los causa. Tenemos Estado para garantizar la seguridad de todos, también los visitantes, y protegernos de los peligrosos.
Por otra parte, si un Estado "friki" y anticatólico dijese "no nos haremos cargo de la seguridad del Papa y los peregrinos", la Gendarmería italiana y otras fuerzas de otros países dirían "lo haremos nosotros, por prestigio y para proteger a nuestros chicos; déjennos desembarcar nuestros cuerpos policiales". ¡Tal Estado "friki" sería el hazmerreir y la vergüenza eterna para un país tan mal "anfitrión"!
16 - "La JMJ, con sus 50 millones de euros, hace que mueran de hambre muchos niños en Somalia"
En cambio, el fichaje de Cesc por 40 millones o el de Cristiano Ronaldo por 80 millones no causa la muerte de nadie, por eso nadie se manifiesta ante el Camp Nou o el Bernabéu. En realidad, ¿la mera existencia de personas en Occidente que no pasan hambre es la causa del mal en el mundo? Demagogias baratas. [Para ayudar al Cuerno de África visite esta lista de entidades que trabajan sobre el terreno y sus cuentas corrientes].
17 - "LaSexta encontró un peregrino orinando en una fuente. Hay un video".
¡Felicidades! ¡La cadena de TV más anticlerical de España, después de una semana de buscarlo, es lo más feo que encontró! Muy mal. Y Shakira se bañaba en las fuentes de Barcelona, pero ya pidió perdón.
18 - "Son borrachos. He visto una foto en que unas peregrinas ¡miran unas botellas!"
Nadie se emborracha mirando botellas. Ni comprando un licor de crema catalana para mi abuelo tarraconense que vive connosotros en Costa Rica, u otros regalos. De hecho, incluso el reportaje de La Sexta que hemos comentado, al consultar a los servicios de emergencia pública, constata que nadie es atendido por exceso de alcohol, sólo por calor o torceduras. Varios días después, los informes del Samur siguen igual: nadie ha bebido en exceso, nadie es atendido por esa causa.
Bien, ya hemos visto los 18 pecados que "cometen" los peregrinos.
¿Y cuál es el pecado nacional de los españoles?
Todo el mundo lo sabe: la envidia. El más absurdo de los pecados, porque con él no se disfruta nada. Con la gula o la lujuria hay breves momentos de goce, aunque luego te arrepientas o sufras consecuencias malas. En cambio, en la envidia no disfrutas de nada: ¡te fastidia el disfrute de los demás!
El envidioso no soporta ver que su ciudad se ha llenado de 400.000 jóvenes alegres. Los envidia por jóvenes. Y por alegres. Y por ir en grupos, con sus amigos. Los envidia por tener amigos. Y por tener una comunidad a la que pertenecen 1.200 millones de católicos, una familia en que 1.200 millones de personas se ven como hermanos. Y por tener una tradición heredada y asumida. Y por vivir una unidad con gente de otras lenguas, culturas, países. Los envidia porque cantan, y porque ríen y porque intuyen un sentido de la vida. Los envidia porque no son solo "unos chavales". Los envidia porque son libres para arrodillarse y rezar. Los envidia porque tiene algo que él no entiende. Los envidia, como Caín envidiaba a Abel.
La envidia, el pecado nacional de los españoles. Es un pecado idiota, no se gana nada con él.
Envidioso, ¡deja de envidiar y únete a esos chicos! Ganarás una familia, una comunidad, fe, verdad, belleza, juventud, canciones, esperanza, fuerza en la tribulación. Pruébalo. Ven y verás. Te acogerán con alegría. Y dejarás de hacer listas con los pecados de los demás.
Pablo Ginés, periodista