(EP) En este sentido, señala que cuando salen de Somalia, muchos niños ya se encuentran desnutridos y que la larga caminata que realizan para cruzar la frontera, que puede durar hasta 20 días, contribuye al deterioro de su estado. Por ello, la organización reparte comida, como harina o aceite, a las familias, para evitar que éstas compartan los alimentos terapéuticos del hijo desnutrido con los demás.
Después de 20 años de conflicto bélico, el acceso a servicios de salud, hospitales o ayuda humanitaria en Somalia ha sido difícil para buena parte de la población. La gran mayoría de los niños refugiados no ha recibido vacunación alguna, ni las madres atención pre o postparto, por lo que MSF ha iniciado una campaña de vacunación masiva a los menores de 15 años contra el sarampión, una enfermedad altamente infecciosa que puede llegar a ser letal. Así, en cuatro días pretende vacunar a cerca de 20.000 niños en el campo de Kobe.
Además, la organización ha aumentado su capacidad operativa en los campos de Liben con cerca de 700 trabajadores locales y 40 internacionales y ha enviado cerca de 855 toneladas de alimentos terapéuticos preparados, comida y material médico. También está ampliando los centros de salud en los campos, tanto en los que llevan más tiempo establecidos, como el de Bokolmayo o Malkadida, como en los de Kobe y campo de prerregistro, abiertos recientemente.