(Susana López-Urrutia / El Mundo) En cierto sentido, la decisión era previsible. Aunque la convocatoria no parte del movimiento 15-M, las relaciones de los 'indignados' con los organizadores son estrechas, pues varios miembros del 15-M forman parte de la organización, y la posibilidad de unir fuerzas era una carta que estaba sobre la mesa. No en vano, el pasado domingo un representante de Europa Laica ya acudió a la asamblea general que el movimiento celebra en Sol para informar a los 'indignados' sobre la convocatoria y aportar datos sobre la inversión de dinero público prevista para la visita papal. El lunes, el presidente de Europa Laica Francisco Delgado también admitía que entre sus filas “hay compañeros que simpatizan con el 15-M”.
Debate sobre el recorrido de la marcha
Polémica sobre el intinerario de la marcha
De momento, y pese a la prohibición de la delegación del Gobierno, la marcha mantiene su arranque a las 19.30 en Tirso de Molina. La comitiva llegará -si no hay cambios- hasta el 'bastión' del 15-M, Sol.
Hace unos días, Dolores Carrión, delegada del Gobierno en Madrid, anunció la negativa del Ejecutivo a aceptar este recorrido. Desde la delegación se propuso a los organizadores trasladar la marcha al barrio de Lavapiés, algo a lo que estos se oponen por considerar que, no sólo se les relega “a calles estrechas y secundarias”, sino que además y debido al gran número de manifestantes que se esperan, esa ubicación “podría ser peligrosa”. Los convocantes propusieron al Gobierno tres recorridos, todos ellos finalizando en Sol, que fueron rechazados.
Aunque mantienen su decisión de arrancar en Tirso de Molina, los organizadores han afirmado que están dispuestos a negociar una ruta que evite el Km 0 siempre y cuando “no se desvirtúen los objetivos por los que se ha convocado la marcha: que tenga visibilidad suficiente y se ofrezcan garantías de seguridad”, explican desde Redes Cristianas.
La marcha, recuerdan desde Europa Laica, tiene como objetivo denunciar la “parafernalia institucional en torno a un evento de carácter privado”. Desde la asociación insisten en su rechazo a que “se haya etiquetado a la marcha como 'anti-Papa', cuando no es así. “Benedicto XVI que venga cuando quiera, pero no así”, reclaman.