(Efe) “En un momento en que Europa tiene que volver a encontrar sus raíces cristianas, hemos fijado nuestro encuentro en Madrid bajo el lema 'Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe'“, escribió en su mensaje el papa, que invitó a todos los jóvenes, tanto a los creen como a los que no, a vivir la experiencia.
El papa Ratzinger recordó sus años de juventud y señaló que al igual que entonces, los jóvenes actuales no quieren perderse en la vida aburguesada y que cada ser humano, “hecho a imagen de Dios aspira al amor, a la alegría y a la paz y que por ello es un contrasentido pretender eliminar a Dios para que el hombre viva”.
Exclusión de Dios
“La cultura actual, sobre todo en Occidente, tiende a excluir a Dios, o a considerar la fe como un hecho privado, sin ninguna relevancia en la vida social”, denunció el Santo Padre, y agregó que se constata una especie de “eclipse de Dios, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza”.
Agregó que hay una fuerte corriente de pensamiento laicista que quiere apartar a Dios de la vida de las personas y la sociedad, planteando e intentando crear un “paraíso” sin él. Pero la experiencia -subrayó- enseña que el mundo sin Dios se convierte en un “infierno” donde prevalece el egoísmo, las divisiones en las familias, el odio entre las personas y los pueblos, la falta de amor, alegría y esperanza.
Contra el relativismo
El pontífice señaló que es vital tener raíces y bases sólidas, especialmente hoy, cuando muchos no tienen puntos de referencia estables para construir su vida, sintiéndose así profundamente inseguros. “El relativismo que se ha difundido, y para el que todo da lo mismo y no existe ninguna verdad, ni un punto de referencia absoluto, no genera verdadera libertad, sino inestabilidad, desconcierto y un conformismo con las modas del momento”, subrayó.
Benedicto XVI pidió a los jóvenes ser firmes en la fe y que no crean a los que les dicen que no necesitan a los demás para construir sus vidas y les exhortó a apoyarse en las familias y en la Iglesia.
Además de a los jóvenes, en estos meses el Papa, en su línea directa y sin ambages, ha urgido a escuchar y valorar a las nuevas generaciones y ha pedido a los políticos que ofrezcan a los jóvenes “la oportunidad de la plena realización y trabajo”.
Igualmente ha exhortado a los jóvenes no tener miedo ante la crisis económica y el desempleo actual y les asegurado que el futuro está en sus manos. Asimismo, les ha animado a renunciar a una vida mediocre y a ir a contracorriente frente a la mentalidad actual, que propone -dijo- una libertad desvinculada de valores, de reglas, de normas objetivas “e invita a rechazar cualquier límite a los deseos del momento”.
Hombre, esclavo de sí mismo
Según el Papa, ese tipo de propuestas, en vez de conducir a la verdadera libertad, lleva al hombre a convertirse “en esclavo de si mismo, de sus deseos inmediatos, de ídolos como el poder, el dinero, el placer desenfrenado y las seducciones del mundo, haciéndole incapaz de seguir su nativa vocación al amor”.
En el prólogo que ha escrito para el “YouCat”, abreviación de Youth Catechism, un catecismo preparado para los jóvenes que será entregado a todos los participantes en esta JMJ, Benedicto XVI les pide que “no huyan” de la Iglesia debido a los numerosos casos de clérigos pederastas, “que han herido a la comunidad de creyentes”.
En Madrid volverá a pedir a los muchachos que no cedan a la tentación de confiar solamente en el tener, en el poder, en las cosas materiales, “renunciando a descubrir la verdad que va más allá, como una estrella en lo alto del cielo, donde Cristo quiere llevaros”.