El embajador de España en Vietnam pone trabas para que vengan jóvenes vietnamitas a la JMJ

¡Cuanto ateo retro hay en este Gobierno!.Sólo falta que nos digan y dirijan cuáles deben ser nuestros sentimientos cotidianos y como debemos encauzar nuestras preocupaciones.¡¡Totalmente radicales,ateos y detractores del respeto humano universal!!.¡¡Son basura!!.

El problema de nuestros servicios diplomáticos es que consideran a los españoles como sus enemigos o como una molestia. Jamás los consideran como sus jefes.

En los años 80, estando con unos misioneros en Rwanda y luego en Tanzania, me contaban que cuando necesitaban asistencia diplomática jamás acudián a la Embajada Española pues, tradicionalmente, jamás les habían prestado el menor servicio y que, por contra, las Embajadas Francesas y Belgas, en cualquier país, ayudaban a cualquier misionero o misionera católico que precisase ayuda diplomática, sin importar la nacionalidad.

Recordemos que, no hace muchos años, cuando unas misioneras pidieron por teléfono ayuda a la Embajada Española en el Congo, a causa de la guerra civil, las mandaron a la porra sin más preámbulos, salvándose gracias a la ayuda de la
Embajada Francesa o Belga, no recuerdo. Fue un escándalo en España, pero era la tradición diplomática española.

Dado los servicios que prestan al país, se podrían cerrar todas las embajadas y consulados, sin que se notase su ausencia. Se evitarían las constantes zancadillas entre embajadores y cónsules, que dejan a los ciudadanos con el culo al aire todo el tiempo.

Para las gestiones de ventanilla de los pasaportes y visado, que es todo lo que hacen las embajadas y consulados, podrían subcontratarse a otro país (Francia o Reino Unido) y los españoles estariamos mejor servidos y de manera más econónica.

No sé si nuestros servicios diplomáticos son los peores..

En este caso me huelo que la cosa no va de anticlericalismos o consignas gubernativas, sino que va más en lo que apunta Iscle. Sobre todo en un asunto: quitarse problemas en lo referente a la inmigración clandestina. Conozco un caso reciente (pocos años) que le pasó a un amigo residente en un país centroafricano, que quería que le diesen un visado a un africano para que aprendiera un oficio específico en España para emplearlo posteriormente en su negocio en África, por un tiempo determinado. La embajada se negó desde el principio y sin dar razones, hasta que montó un escándalo; el embajador sólo entonces accedió.

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