(Diario Vasco/InfoCatólica) InfoCatólica ha podido verificar la verdad de las palabras de Mons. Munilla al Diario Vasco. La comisión episcopal para la Doctrina de la Fe no ha elaborado informe alguno sobre el libro de Pagola basado en el evangelio de san Marcos.
Aunque desde algunos medios, como Religión Digital, se ha llegado incluso a “pedir la cabeza” del P. José Rico Pavés, secretario de dicha comisión, lo cierto es que él no es el autor del informe. Éste fue solicitado a un teólogo por el obispo de Getafe para discernir si debía conceder o no el nihil obstat a dicha obra. Mons. Martínez Camino, objeto de las iras de los responsables de Religión Digital, tampoco tiene nada que ver con dicho informe.
Entrevista completa
Mons. José Ignacio Munilla celebra hoy el 25 aniversario de su ordenación sacerdotal. Lo hace "inmensamente feliz" y convencido de que el hecho de haber seguido su vocación lo convierte "más en un privilegiado que en una víctima sacrificada".
–Hoy a las 19.30 celebrará en la catedral del Buen Pastor el 25 aniversario de su ordenación sacerdotal. ¿Qué siente?
–En las bodas de plata quiero compartir mi alegría de ser sacerdote. Si mil veces volviese a nacer, mil veces volvería a ser sacerdote. Siento que es una gracia muy grande responder a una llamada de Dios para seguir a Jesucristo al servicio de los demás. Para mí lo más grande de ser cura es ser instrumento de Dios.
–¿En estos 25 años qué ha cambiado en la Iglesia?
–Quizás hace 25 años por ser sacerdotes todavía teníamos socialmente más prestigio, más consideración, pero aunque haya avanzado mucho el materialismo y la secularización, sigue siendo verdad aquello que decía Bernanos de que 'un cura menos, cien brujos más'.
–¿Hay más brujos que nunca?
–El hombre tiene una religiosidad natural y cuando esa religiosidad no se encauza hacia una religión revelada por Dios en Jesucristo muchas veces se suele encauzar hacia determinados productos que yo llamaría de consumo espiritual y que ofrecen una especie de metodologías de búsqueda de paz interior, de métodos de relajación o controles mentales con los que se quiere hacer una especie de sucedáneo de la religiosidad.
–¿Qué ha encontrado más gratificante en su sacerdocio?
–La gente no es consciente de ello, pero suele tener lugar en la intimidad del tú a tú. A veces lo más bonito del sacerdocio lo he vivido en momentos en los que a una persona que me ha confesado sus pecados con mucho dolor le he dicho 'en nombre de Jesús te perdono tus pecados', y he visto cómo ha llorado de alegría. Yo destacaría también la alegría de ser sacerdote y aprovecharía para decir a los jóvenes que si alguno se siente llamado por Cristo, desde luego no se va a arrepentir, va a ser inmensamente feliz. Mucha gente habla de la renuncia de los curas y es verdad que renunciamos a algunas cosas, pero lo hacemos por algo muy superior. Nos consideramos más unos privilegiados que unas víctimas sacrificadas.
- El teólogo Juan José Tamayo dijo la pasada semana en San Sebastián que el Papa ha dinamitado todos los puentes con la modernidad y achacó a esta postura la crisis del cristianismo.
–Si esa teoría fuese cierta a Juan José Tamayo le vería rodeado de jóvenes y al Papa sin ningún joven a su alrededor, y pasa justamente lo contrario: al Papa estamos a punto de verle rodeado por cientos de miles de jóvenes. No veo que sean ciertas las teorías de que una forma de interpretar desde un punto de vista liberal el Evangelio tendría que arrastrar consigo a los jóvenes.
–Tamayo afirmó también que Juan Pablo II y Benedicto XVI conocían casos de pederastia y no hicieron nada para evitarlo.
–Es una acusación que no está sostenida en ninguna prueba concreta. Lo que sí es cierto, y eso es verificable, son todos los pasos que ambos papas han dado para erradicar por completo ese mal. Ahora en concreto la Iglesia ha convocado una conferencia internacional en la Santa Sede para establecer fórmulas para lograrlo. Que haga esto significa que es una iglesia que no esconde sino que, además de extirpar los casos y aplicar la política de tolerancia cero, intenta ver cómo se sanan las heridas. Estamos queriendo erradicar un mal.
–Un mal que demuestra que los sacerdotes también son humanos.
- Somos conscientes de que en el sacerdocio existen muchos riesgos pero al mismo tiempo que en el resto de la sociedad, porque no es verdad que se haya demostrado que el índice de pederastia en el seno de la Iglesia católica sea superior al de ninguna otra institución.
–La Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe ha denegado el 'nihil obstat' (nada que objetar) al segundo libro de José Antonio Pagola sobre los evangelios. ¿Se quiere acabar con un foco de disensión interna?
–Con bastante frecuencia saltan a la luz pública disfrazadas de filtraciones, consideraciones incompletas y descontextualizadas atribuidas a la Iglesia sobre las obras de determinados teólogos, y en concreto, de José Antonio Pagola. Desgraciadamente, se esta extendiendo a la prensa escrita el género literario de algunos blogs de internet, donde se utilizan las mentiras, las medias verdades y las insidias, que confunden a los lectores y provocan la desafección contra los obispos y la división entre los cristianos. Se mete presión para dificultar la labor serena de la Iglesia y se enciende el ventilador de la descalificación. La Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal no ha intervenido en el 'nihil obstat' al libro sobre San Marcos de José Antonio Pagola. Es bien conocido que los organismos de la Conferencia Episcopal no tienen competencia alguna en el 'nihil obstat' requerido a un obispo diocesano. Los hechos son los siguientes: José Antonio Pagola pidió el 'nihil obstat' y el 'imprimatur' de su libro sobre San Marcos al obispo de Getafe, porque la editorial que publica el libro está ubicada en aquella diócesis. El obispo de Getafe, después de un estudio detallado, no lo ha concedido
–¿Cree que las tesis de Pagola y Tamayo son las de gran parte de los cristianos de Gipuzkoa?
–Me parece muy importante no mezclar a José Antonio Pagola con Juan José Tamayo. Tamayo se sitúa en una posición de confrontación absoluta con la Iglesia católica, es un hombre que se secularizó, que se salió del sacerdocio y está en esa tesitura de confrontación máxima. Haríamos un flaquísimo favor a don José Antonio Pagola si los metiésemos en el mismo saco.
–¿Se siente mirado con lupa por el clero guipuzcoano?
–A mí el Señor me ha concedido la gracia de ser natural y sentirme a gusto con todo el mundo. Hace poco me han enviado un correo electrónico con la frase 'ama como si nunca te hubiesen herido y baila como si nadie te estuviese mirando'. Yo le pido a Dios tener la gracia de actuar con naturalidad aunque te estén enfocando, no siento ningún peso de observación.
–¿Se siente integrado?
–Sí. Me ha ayudado muchísimo ser hijo de esta tierra.
–¿Tenía miedo cuando llegó a Gipuzkoa?
–Vamos a reconocer que la llegada fue un poco especial por varios motivos. Todo aquello causaba tal expectación que uno no podía calcular las cosas, pero estoy contento y doy gracias a Dios por cómo va todo. Soy consciente de que tenemos mucho que caminar aunque parece que vamos en el buen sentido.
Dignidad humana
–La Conferencia Episcopal ha dicho que la ley de muerte digna no es justa y no debe ser obedecida. Perdone que se lo diga, pero parece una consigna revolucionaria.
–Nosotros siempre hemos dicho que la conciencia está por encima de la ley, no la ley por encima de la conciencia. No es que seamos insumisos, porque la moral católica predica la obediencia a la ley humana, pero es verdad que cuando una ley humana se sitúa en contra de la ley de Dios tenemos una obligación de desobediencia. La dignidad humana está antes que las leyes, es prejurídica. Este es el sentido en el que la Conferencia Episcopal utilizó esa expresión. No es una llamada a la insumisión sino a la fidelidad a la conciencia.
–¿No puede dar pie esta postura a que otros grupos o confesiones incumplan una ley porque no les parece justa?
–Lo que la Iglesia dice es sencilla y llanamente que en la aplicación de la ley un parlamento no tiene autoridad moral para que nosotros actuemos en contra de nuestra propia conciencia. Si alguien más dijese eso, aparte de la Iglesia católica, haríamos un bien a la sociedad. A veces confundimos democracia con un endiosamiento del Estado, cuando obviamente el Estado está llamado al respeto de la conciencia de la familia. No es un dios que se pueda poner por encima de la propia conciencia.
–¿Y dónde están los límites de lo que se considera una ley justa? ¿Quién los marca?
–El respeto a la ley natural. Una persona puede estar en contra del sistema de impuestos y no pagarlos, pero para que uno tenga la obligación en conciencia de desobedecer una ley humana estaremos hablando de una ley que viola directamente la ley natural, el reconocimiento a la dignidad del hombre.
–¿La visita del Papa a España entre el 18 y el 21 de agosto para participar en la XXVI Jornada Mundial de la Juventud puede quedar enturbiada por esta polémica?
–No. Se trata de una visita con un claro ámbito internacional. Es un encuentro mundial de la juventud que ha ido rotando por todo el mundo, con lo cual las circunstancias nacionales no influyen mucho.
–¿Qué mensaje del Papa cree que esperan los jóvenes?
–Me parece va a intentar transmitir una imagen del cristianismo atrayente, entendiendo que no es un peso sino que más bien nos da unas alas que nos permiten volar y ver la vida no sin dificultades sino con una capacidad de esperanza mayor.