(Vis/InfoCatólica) Desde el altar de la Confesión, donde el nuevo Papa Beato había sido venerado por cientos de miles de fieles desde la mañana del domingo, tras la ceremonia de la beatificación, comenzó una procesión presidida por el Vicario general del Papa para la Ciudad del Vaticano y arcipreste de la Basílica de san Pedro, cardenal Angelo Comastri, que pronunció una palabras de acción de gracias:
“Hermanos queridísimos, glorifiquemos a Dios en sus santos y, mientras cumplimos este rito de la reposición de los venerados restos del Beato Juan Pablo II Papa, en el altar de la capilla de san Sebastián, demos gracias a Cristo nuestro Señor por haber dado a la Iglesia a un Santo Pastor, verdadero modelo de la grey. Invoquemos ahora a todos los santos del Cielo y en particular a los santos Pontífices, para que podamos obtener su intercesión para caminar también nosotros por la senda de la santidad”.
Después de una oración ante el altar de la Confesión, la procesión, cantando las letanías de los santos pontífices, llegó al altar de la Capilla de San Sebastián, donde se ya se había colocado el féretro, aún visible. Al final de las letanías, y la invocación repetida tres veces Beate Ioanne Paule, se rezó la oración del nuevo beato, y se procedió a incensar el féretro.
Luego, algunos trabajadores de la Fábrica de San Pedro colocaron una gran lápida de mármol blanco, con las palabras en latín Beato Juan Pablo II Pontífice. Como gesto de devoción, varios de los presentes besaron la lápida en un clima de recogimiento y gozosa conmoción.
Entre los purpurados que participaron, estaban el Cardenal Secretario de Estado de Benedicto XVI, Tarcisio Bertone, y el Decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano. Así como los cardenales Amato, Coppa, Lajolo, Re, Sandri, además de los que sucedieron a Karol Wojtyla como arzobispos de Cracovia, Macharski y Dziwisz.
Participaron también en este rito, los arzobispos Filoni, Mamberti y Mokrzycki, el postulador, monseñor Oder, y sor Tobiana, con otras religiosas del apartamento pontificio durante el pontificado de Juan Pablo II.