(EWTN/InfoCatólica) Biscet, médico de profesión, sufrió varios arrestos entre 1998 y 1999 y una primera condena en el año 2000. Fue detenido nuevamente a finales de 2002 y condenado a 25 años de cárcel en un juicio sumario.
El delito de Biscet fue realizar el estudio clandestino “Rivanol: un método para destruir la vida”, publicado en abril de 1998 y que denuncia las técnicas de aborto usadas en el Hospital Hijas de Galicia, con los testimonios de madres cuyos recién nacidos fueron asesinados. Según el informe, estas eran prácticas comunes en los hospitales cubanos.
El 11 de marzo este médico pro-vida fue liberado gracias al diálogo entre la Iglesia y el Gobierno comunista. A diferencia de otros exprisioneros de conciencia que tuvieron que irse a España, Biscet permanece en la isla.
En el diálogo con EWTN Noticias, el médico recordó sus años de prisión y dijo que fue su fe cristiana la que lo sostuvo. “En mi corazón de cristiano guardo los maravillosos tesoros de la Fe, la esperanza y el amor. Estos atributos divinos me fortalecieron y pude soportar difíciles situaciones: torturas, tratos crueles e inhumanos que me impusieron los carceleros del gobierno comunista”, afirmó.
Sobre la realidad de la isla, el también Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos dijo que “el sistema comunista fracasó en Cuba, los ciudadanos están frustrados y deseosos de cambios que mejoren sus condiciones económicas y les garanticen sus derechos civiles y políticos”.
Al mes y medio de su liberación, el médico dijo que desea que los cubanos “puedan gozar de sus derechos humanos básicos y vivan en una Cuba libre”. En ese sentido, dijo que está “en fase de recuperación de salud. Pronto estaré listo para la promoción y conquista de los derechos humanos para el pueblo cubano. También necesitamos de la solidaridad de la Comunidad Internacional y de todas las personas amantes de la libertad”.