(InfoCatólica) Benedicto XVI explicó que nuestro corazón se asoma más allá del muro la muerte, y aunque no podemos conocer lo que esconde, expresamos con símbolos el deseo de eternidad.
El Santo Padre ha recordado que hay otra muerte, que ha costado a Cristo la lucha más dura, pagando el precio de la cruz: “es la muerte espiritual, el pecado, que amenaza arruinar la existencia del hombre. Cristo ha muerto para vencer esta muerte, y su resurrección no es el regreso a la vida precedente, sino la apertura a una realidad nueva, a una nueva tierra, finalmente reconciliada con el Cielo de Dios”.
El Papa ha pedido a los fieles que se dirijan a la Virgen María, que ya participa de esta Resurrección, para que les ayude a decir con fe: “Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios” (Jn. 11,27), a descubrir que Él es verdaderamente nuestra salvación”.