(LSN/INfoCatólica) La mujer en cuestión envió una carta a siete obispos de EE.UU aseverando que el P. Corapi mantenía relaciones sexuales con muchas mujeres, además de ser adicto a algunos estupefacientes.
El sacerdote aseguró en su página web que todas las acusaciones son falsas, pero la diócesis de Corpus Christi, en Texas, decidió abrir una investigación sobre el caso, en el transcurso de la cual el sacerdote debe de abstenerse de ejercer públicamente su labor ministerial.
Este viernes, Bobbi Ruffatto, Vicepresidente de operaciones de Santa Cruz Media, Inc, hizo pública una nota en la que asegura que la única evidencia contra el P. Corapi son “las diatribas sin fundamento de una ex-empleada de la compañía que, tras perder su trabajo en esta oficina, nos agredió físicamente tanto a mí como a otro empleado y nos prometió que destruiría al P. Corapi”
Ruffatto explica además que Santa Cruz Media es “una empresa secular que no está afiliada de ninguna manera a la Iglesia Católica y que no está bajo la jurisdicción de los obispos”. Además señala que la compañía ha consultado con “un buen número de canonistas”, que han llegado a la conclusión de que “las acciones del obispo de Corpus Christi son ilícitas según varios artículos del Código de derecho canónico”.
En la nota donde el P. Corapi aseguraba su inocencia, el sacerdote se quejaba de que la política de tolerancia cero puesta en marcha por los obispos de EE.UU, incluso en los casos donde el acusado alega su inocencia, puede atentar precisamente contra el derecho a la presunción de inocencia.
“Parece que ya no es necesario que una denuncia tenga visos de credibilidad para que las autoridades de la Iglesia aprieten el gatillo de procedimientos que, en realidad, fueron puestos en marcha por la Iglesia para dar respuesta a los abusos de menores”, denunció el sacerdote.