(Aci/InfoCatólica) El evento auspiciado por la diócesis de Saltillo, en el estado de Coahuila, incluye en el programa eventos como la presentación de fragmentos del libro “Papá, mamá soy gay” de la autora Rinna Riesenfeld Robinson, “Las Dos Mamis, Activismo Virtual”, y la obra de teatro “El crimen por amor no paga, pero reconforta”.
La conferencia “La homosexualidad vista desde la Iglesia”, será presentada por “fray” Julián Cruzalta, un falso sacerdote que se presenta como fraile dominico y como “capellán” de la organización “Católicas por el derecho a decidir”, que promueve la aceptación del aborto en la Iglesia. La Orden de Predicadores en México (Dominicos) a la que pertenece el propio Mons. Vera López, ha advertido repetidamente que Cruzalta abandonó la congregación durante el diaconado y jamás fue ordenado sacerdote.
La Misa de clausura del evento será presidida por Mons. Raúl Vera López el domingo 27 a las 3:00 p.m.
Desde hace nueve años, San Elredo, que tiene menos de 20 miembros según afirma su fundador, el sacerdote norteamericano Robert Coogan, pese a oponerse a la doctrina católica y a la protesta de numerosos sacerdotes y fieless, es reconocida como ministerio para homosexuales por la diócesis, cuenta con oficinas en el interior del obispado y sus actividades son incluidas en los planes pastorales diocesanos.
El apoyo del obispo al grupo LGTB
En octubre de 2008, en una columna de opinión escrita para el diario español La Torre, el Obispo de Saltillo señaló que “el enfoque de nuestro trabajo con el grupo, que tomó el nombre de San Elredo, fue el crear una comunidad que, dependiendo de la Diócesis, realizara un trabajo pastoral con la comunidad Lésbico-gay de la ciudad de Saltillo. También desde un principio hemos querido que fuera abiertamente conocida entre los demás grupos de pastoral y que se hiciera presente en todo el trabajo diocesano, cosa que ha sucedido, no sin dificultad”.
En su artículo, Mons. Vera explicaba que uno de los momentos críticos con San Elredo fue “acompañarlos cuando se desató una campaña homofóbica de parte de los buenos católicos, para impedir la legalización de las uniones entre personas de la comunidad lésbico-gay”. El Obispo, en efecto, apoyó la legalización en Coahuila de las uniones de parejas del mismo sexo.
“Tuve que aceptar lo que me vendría encima de parte de los buenos católicos que me acusaron ante la Nunciatura, pero salí a la defensa de su dignidad y los derechos que como ciudadanos también tenían (los homosexuales)”. “Desgraciadamente”, escribió además, “es de parte de los grupos católicos y cristianos de otras confesiones, de donde estas personas padecen más discriminación”.
En su artículo el Obispo de Saltillo describía algunas de las actividades que organiza el grupo y señala que “las invitaciones para estas actividades las hacen en los cafés o centros nocturnos a donde acuden miembros de la diversidad sexual, además de instancias oficiales de comunicación diocesana”.
Nunca nos dejarán casarnos por la Iglesia
Noé Ruiz Malacara, Coordinador General de la organización, señaló recientemente en una entrevista periodística que aunque “sabemos que nunca nos permitirán casarnos por la Iglesia... y no deseamos entrar de blanco al altar”, “nos interesa más el reconocimiento legal, que podamos tener los mismos derechos y protección de nuestra pareja”, porque “la Iglesia aún es muy cerrada”.
El P. Coogan, fundador y coordinador espiritual de San Elredo reveló en abril de 2010 a la Revista “Portavoz”, de los estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Coahuila, que decidió fundar el grupo por iniciativa de dos jóvenes homosexuales que “pensaban que yo como norteamericano iba a ser más comprensivo y tolerante”. En la misma entrevista, el sacerdote, originario de Nueva York, declaraba que
“a la postura oficial de la Iglesia le falta revisión. La última vez que se hizo fue en 1970, que es una postura de tolerancia, pero no va más allá de tolerancia, no dice más. En los años 70 la ciencia todavía decía que la homosexualidad era una enfermedad mental, que los homosexuales son perversos, inmaduros, que pueden ser corregidos en su orientación, y muchos mitos que tristemente todavía existen en las calles, mucha gente todavía tiene fantasías erróneas de lo que es la homosexualidad. Hoy en día entendemos la homosexualidad de otra manera, es una orientación distinta, humana, válida. La persona homosexual es una persona sana. ¿Quién puede decir que la homosexualidad está mal?”
Respecto del grupo, Coogan admitió que “por lo regular son como 20 personas, realmente nunca crece”... “muchas personas vienen con todo tipo de equipaje emocional, pero una vez que se sienten bien, participan durante un tiempo y luego continúan con sus vidas y ya no vienen al grupo”. Un mes antes, en una entrevista concedida al Diario Zócalo de Saltillo, Coogan se manifestó a favor de la adopción de niños por parte de homosexuales.
Empeñados en que hubo santos homosexuales
Desde su fundación, San Elredo ha promovido un “Festival de Cine Gay” en Saltillo, y en octubre de 2010 organizó una “misa en honor de los santos homosexuales” Sergio y Baco, soldados romanos martirizados durante la persecución del emperador Diocleciano alrededor del 303. Según Ruiz Malacara, San Sergio y San Baco “eran soldados que vivían juntos, por lo mismo se dice que fueron pareja y que servían al imperio y eran de los mejores soldados”. La idea de que estos mártires formaban una pareja homosexual y de que fueron reconocidos como santos por la Iglesia a sabiendas de su homosexualidad, fue propuesta y defendida precisamente por John Eastburn Boswell, historiador norteamericano fundador del Centro de Estudios Gay y Lésbicos de la Universidad de Yale, Estados Unidos.
Asímismo, el P. Coogan explica que el grupo tomó el nombre de San Elredo en honor a “un santo francés que vivió en Inglaterra en el siglo XIX y que predicó la tolerancia” para con la homosexualidad. En realidad, San Elredo o Aelred fue abad cisterciense de Rievaulx en Yorkshire (en la actual Inglaterra), en el siglo XII. Autor de numerosos tratados ascéticos como “Speculum Charitatis,” (El espejo de la caridad) y “De Spirituali Amicitia” (La Amistad Espiritual); por este segundo libro Boswell lo propuso también como un “santo gay”, pese a que en sus escritos San Elredo advierte enérgicamente contra todo acto sexual inmoral, incluyendo la sodomía.