(Agencias) El rotativo indica que el 78 por ciento de los ciudadanos macedonios apoya esa propuesta, según una reciente encuesta, y el 88 por ciento no era favorable al matrimonio homosexual. La propuesta ha llegado de una iniciativa común de la dominante iglesia ortodoxa macedonia, de la comunidad religiosa islámica, la Iglesia católica, la iglesia metodista y la comunidad judía.
La Constitución define el matrimonio como la unión de dos personas, sin especificar el sexo, por lo que los grupos religioso y conservadores temen que esa ambigüedad sea utilizada para dar carta de naturaleza legal a las uniones homosexuales.
Representantes del Gobierno declararon a Efe hoy que "por ahora no existe una iniciativa oficial sobre el asunto", y en el partido gobernante, la VMRO-DPMNE, no quieren ni confirmar ni desmentir la información de la prensa. "Hasta ahora, no ha llegado al Gobierno ninguna solicitud oficial para modificar la Constitución. Hemos oído que lo piden. Quizás vayan a presentar la iniciativa a través del Parlamento", declaró a Efe el portavoz gubernamental, Martin Martinovski.
Hacen falta dos tercios de los votos en el parlamento
Para enmendarse la Constitución se requieren dos tercios de apoyo parlamentario, justo lo que tiene la coalición conservadora que lidera la VMRO-DPMNE, al contar con 81 de los 120 escaños.
El arzobispo de la Iglesia ortodoxa macedonia, Mons. Stefan, declaró el pasado día 7, con motivo de la Navidad ortodoxa, que el matrimonio entre personas del mismo sexo no es natural. “Imaginaos que si Dios hubiese creado a dos hombres o dos mujeres. O a dos monos machos y dos hembras. La historia en ese caso habría durado poco”, dijo Mons. Stefan en esa ocasión.
Otro prelado de la iglesia ortodoxa macedonia, Mons. Petar, dijo recientemente que “si se permite el matrimonio entre dos hombres o entre dos mujeres, entonces habría que permitir también matrimonios con ovejas, vacas y otros animales”.
Las organizaciones pro-derechos de los homosexuales anunciaron que denunciarán a ambos religiosos por “incitación al odio”. “No es apropiado que las comunidades religiosas se metan en la Constitución y en el orden jurídico del Estado, porque somos un país laico. Y este es un intento de acabar con el laicismo”, declaró hoy a la prensa Koco Andonovski, ex presidente de una asociación de protección de los derechos de personas homosexuales.