(C.Ruiz/InfoCatólica) “Quiero expresar mi condolencia a nuestros hijos de Alejandría por el martirio de tantas personas inocentes, que no habían cometido pecado alguno”, dijo el Patriarca Shenouda III, que preside la Iglesia Copta Ordodoxa, durante la solemne celebración en su catedral.
Se preveía una elevada asistencia a los actos de la liturgia de la Navidad y así sucedió. “Suceda lo que suceda yo debo ir a la Iglesia”, dijo un laico copto ortodoxo a la BBC. “Aunque intenten dispararme o hacerme explotar, iré porque es mi religión. Es el nacimiento de nuestro Salvador, Jesucristo”. Las autoridades de Egipto habían hecho un llamamiento a combatir la amenaza de los militantes islamistas y en favor de un Egipto libre de la violencia religiosa.
Además de otras medidas de seguridad –70.000 policías se desplegaron en las iglesias coptas de todos los países y se prohibió el aparcamiento de coches frente a las iglesias–, cientos de musulmanes, incluyendo a dos de los hijos del presidente Hosni Mubarak, permanecieron alrededor de las iglesias coptas sirviendo como “escudos humanos” que les protegieran frente a posibles atentados.
Mohamed el Sawy y los "escudos humanos"
Mohamed el Sawy, artista y empresario de arte, que organizó la iniciativa, explicába que los ataques terroristas son una afrenta a todos los egipcios. “O vivimos juntos o morimos juntos”, fue el eslogan lanzado por Mohamed El-Sawy, cuyo centro cultural distribuyó panfletos en las iglesias del El Cairo, y que lanzó la idea del “escudo humano”.
En los días que siguieron al atentado brutal contra la Iglesia de los Santos en Alejandría, que dejó 21 víctimas mortales, la víspera de Año Nuevo, creció la solidaridad de los musulmanes con los coptos hasta un nivel sin precedentes. Millones de egipcios cambiaron sus perfiles en Facebook por la imagen de la cruz con una luna creciente, símbolo de “Egipto para Todos”, y por las ciudades se desplegaron pancartas llamando a la unidad, mostrando unidas mezquitas e iglesias, cruces y lunas crecientes.
“Esto no es cosa de nosotros y ellos”, dijo Dalia Mustafa, estudiante que asistió a la misa en la Iglesia de la Virgen María en Maraash. “Estamos unidos. Ha sido un ataque contra todo Egipto, y yo estoy con los coptos, porque la única forma de que las cosas cambien en este país es que permanezcamos unidos”