(InfoCatólica) El secretario general del partido comunista chino asegura en un artículo publicado en Pueblo en línea que “los sacerdotes católicos chinos sostuvieron una conferencia en fecha reciente, en la cual eligieron a sus propios líderes sin el reconocimiento del Papa, como han hecho siempre. Esto irritó al líder religioso, que desea reinar sobre todos los católicos del mundo”.
“A través de la historia”, dice el dictador, “abundan los registros sobre conflictos entre el Vaticano y sus vástagos cristianos”. Y añade que “antes de inmiscuirse en los asuntos internos de China, el Papa debería reconsiderar el supuesto papel del Vaticano como protector de la libertad religiosa”.
El mundo está cambiando
Para el dirigente comunista “el mundo está cambiando, al igual que el ambiente social y político donde se acomodan las creencias religiosas. El Vaticano no tiene ningún poder para controlar la dirección y velocidad de los cambios del mundo, y no debería intentarlo”. “Las iglesias católicas son parte de la vida religiosa del pueblo chino”, asevera, pero advierte de que “el Vaticano debe aceptar el hecho de que existe libertad de credo en China, siempre y cuando la religión no entre en contradicción con las leyes del país”.
Hu Jintao asegura que “la Santa Sede ha intentado repetidamente interferir en las conferencias católicas llevadas a cabo en China, y ha amenazado incluso con castigar a los sacerdotes que participan en ellas. Su obstinación en mezclarse en la política no parece disminuir con el tiempo”. El presidente de la mayor dictadura del mundo advierte que aunque “la creencia religiosa es una elección personal, cada persona también tiene una identidad limitada por la ley, por su ciudadanía”. Y señala que “la afirmación del Vaticano de que la identidad religiosa va más allá de todo es dañosa y poco realista, e incluso perniciosa para un país integrado por varias etnias y religiones”.
Subordinación a centro de poder foráneo
“China tiene una gran cantidad de católicos, así como de musulmanes, budistas y taoistas. Si cada grupo se subordinara a un centro de poder foráneo, China quedaría incompleta”, sentencia el dictador comunista. Jintao asegura que “la mayor parte de los grupos religiosos principales tienen buenas relaciones con China. El Vaticano, que es parte de las excepciones en ese sentido, lo que exige de China es poder, no refrendar las verdaderas bases de la creencia católica. Hasta ahora, sus acciones no han conseguido mucho apoyo mundial”. “Más tarde o más temprano, el Vaticano tendrá que ajustar su política hacia China”, termina el dictador chino