(IlFoglio/InfoCatólica) La Congregación para la doctrina de la fe, diciendo que las palabras pronunciadas por el Papa en “Luz del mundo” no cambian la doctrina católica sobre la sexualidad, ha calmado las críticas de aquellos que sostenían que Ratzinger había ido demasiado lejos. Entre estos, muchos exponentes
del mundo conservador americano.
Dice al “Il Foglio” el cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, prefecto del Tribunal supremo de la Signatura apostólica: “El tema se había puesto caliente en los Estados Unidos. Demasiados habían interpretado mal las palabras del Papa. Pocos habían explicado que para Ratzinger la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad no cambiaba. Y así el ex Santo Oficio ha llevado a cabo una acción de apoyo que ha tenido el efecto de aplacar polémicas y espíritus caldeados”.
Cuando anda en danza la defensa de la doctrina, Burke está en primera línea. Fue él quien en 2004, cuando era obispo de La Crosse, en Wisconsin, pidió a tres católicos destacados en la escena pública evitar
acerarse a comulgar, a causa de su posición sobre el aborto. Fue él quien, hace más o menos un año, “golpeó” al cardenal Sean Patrick O’Malley, arzobispo de Boston, como “reo” de haber participado en los funerales de Ted Kennedy: “Durante su vida no siguió la enseñanza de la Iglesia sobre el tema del aborto”, dijo Burke.
Todavía hoy Burke saca las uñas contra aquellos católicos que “se llaman así pero que después traicionan la doctrina”. —¿En quién piensa? “Pienso, en los Estados Unidos, en los “Catholics for choice”, un lobby que gracias al apoyo de los medios crea desconcierto entre los fieles. Empujan a la Iglesia hacia reformas imposibles y confunden a los sencillos. Es absurdo que católicos se puedan definir pro aborto. Yo les digo: No sois católicos. Por esta razón, la nota vaticana de hace dos días es importante. Porque sin esta aclaración las palabras del Papa podían ser utilizadas por estos grupos según su propio antojo”.
¿Quién puede llamarse católico y quién no? La batalla está viva en los Estados Unidos.
Para Burke un caso paradigmático es el del hospital de Saint Joseph de Phoenix en Arizona. Allí, hace un año, con el consenso de sor Margaret McBride, una de las administradoras del hospital nombradas por la Iglesia, se hizo abortar a una mujer que según los médicos estaba en riesgo, en caso de no hacerlo, de morir. El obispo de Phoenix ha excomulgado a McBride y, hace pocos días, precisamente a causa de aquel aborto ha retirado el patronazgo de la Iglesia católica a la clínica.
Dice Burke: “El caso es emblemático y es citado a modo de ejemplo. Porque, de otro modo, cualquiera puede llamarse católico y, a la vez, omitir las enseñanzas que la Iglesia propone. Ciertamente, permanecer fieles a la propia identidad resulta difícil. Sabemos, por ejemplo, que muchas religiosas se han decantado abiertamente a favor de la reforma sanitaria de Obama. Es un problema, aunque la visita que sor Clare Millea está haciendo por encargo del Vaticano a las religiosas americanas está obteniendo resultados”.
Hace un mes, los obispos americanos dieron otro aviso. Eligieron al frente de la conferencia episcopal a Timothy Dolan, arzobispo de New York, lo que para muchos fue una elección contra la línea Obama y los católicos de estilo liberal. Dice Burke: “La elección de Dolan es importante. Los obispos esperan de él acciones fuertes y decididas. Pero ya hoy muchos católicos que votaron por Obama han comprendido que se equivocaron”.