(Aci/InfoCatólica) En noviembre de 2009 el personal del Hospital St. Joseph decidió practicar un aborto a una mujer que podría haber tenido problemas en su parto. El incidente condujo a la excomunión de la religiosa Margaret McBride, quien propuso a los médicos realizar el aborto bajo el argumento de que la intención principal era garantizar la salud de la mujer.
Sin embargo, a juicio de Mons. Olmsted –con el posterior apoyo de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos– el “tratamiento” propuesto para la paciente fue un aborto directo e intencional, éticamente inadmisible bajo cualquier circunstancia.
El hospital buscó el apoyo de teólogos heterodoxos
En la carta privada, filtrada a la prensa, que dirigió al presidente de CHW, el Obispo Olmsted evidenció que la empresa ha buscado el apoyo de ciertos teólogos que disienten de la opinión del Obispo y del Episcopado para avalar su decisión y plantear la validez de un desacuerdo en el tema.
Sin embargo, el prelado aclara que está actitud de no reconocer el juicio del obispo es inaceptable “porque hace caso omiso de mi autoridad y la responsabilidad de interpretar la ley moral y de enseñar la fe católica como Sucesor de los Apóstoles”.
El desacuerdo específico entre el Obispo Olmsted y CHW se refiere a las “Directivas éticas y religiosas” (ERD) de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos que establecen las directrices para la atención médica de acuerdo con la las normas de la teología moral católica.
Estas directrices establecen una distinción importante entre un aborto directo e intencional y un procedimiento médico no abortivo que se debe realizar con el fin de salvar la vida de una mujer embarazada, incluso si tiene el efecto secundario de causar un niño no nacido de la muerte.
No hay garantía de que no vuelva a producirse un caso similar
El Obispo lamenta que las acciones de CHW evidencien “que no tienen ninguna intención de reconocer que lo que pasó en el Hospital St. Joseph fue moralmente incorrecto de acuerdo con la ERD”. “Esto implicaría que no va a cambiar su modo de operación en la evaluación de futuros casos en que circunstancias similares se encuentran presentes”, agregó.
“Ahora debemos actuar para asegurar que nunca más se produzcan violaciones a la ERD y para reparar el grave escándalo que ha resultado de este procedimiento entre los fieles cristianos”, explicó el Obispo y les propuso un acuerdo para que el hospital mantenga su identidad y afiliación católica. Su propuesta exige al CHW reconocer que el aborto directo e intencional sí tuvo lugar en St. Joseph y comprometerse a evitar cualquier acción similar en el futuro.
Condiciones para no retrirar el estatus de católico al hospital
Además, exige que CHW se someta a un proceso de revisión y certificación de acuerdo con las normas propias de la Diócesis de Phoenix, y proporcione al personal del centro la “formación permanente” en la ética y las directivas religiosas bajo la autoridad del consejo diocesano de ética médica o el Centro Nacional Católico de Bioética.
“Solo si todos estos elementos están de acuerdo, voy a posponer cualquier acción contra el Hospital St. Joseph y el CHW”, señaló el Obispo y precisó que tomará las medidas canónicas, si la empresa no se compromete a cumplir antes del 21 de diciembre.
Las acciones contra el Hospital incluyen la eliminación de la Eucaristía de las capillas y tabernáculos en el hospital, la revocación de la autorización de los sacerdotes para celebrar Misa ahí, y una advertencia pública de que St. Joseph ya no es un hospital “católico”.
“Esta es una decisión que será sumamente difícil para mí”, reconoció el Obispo Olmsted, “pero es algo que puedo y debo hacer”.