(Fides/InfoCatólica) “Es necesario continuar la campaña por su liberación inmediata y por la abolición de la ley sobre la blasfemia. Es una cuestión fundamental para el respeto de los derechos humanos en Pakistán”, dice a la Agencia Fides Haroon Barket Masih, presidente de la “Fundación Masihi”, recordando el Día de los Derechos Humanos de la ONU.
Ansar Burney, reconocido intelectual musulmán paquistaní y ex ministro federal de Pakistán para los Derechos Humanos comparte plenamente la denuncia de la Fundación. Burney envió una carta al Presidente Ali Zardari y al Primer Ministro Gilani pidiendo que se reforzarán las medidas de seguridad para Asia Bibi y que se persiguiese oficialmente a todos los que han pedido públicamente que sea asesinada. Como dice en la carta, cuya copia ha llegado a la Agencia Fides, Burney está muy preocupado de que Asia Bibi (u otros miembros de su familia) pueda ser asesinada en prisión o durante el proceso de apelación.
Facilidades a los extremistas
Burney insta encarecidamente al Gobierno que persiga a “los elementos que han anunciado abiertamente su intención de matarla”, cometiendo un delito, y señala que “a causa de la ilegalidad generalizada y la debilidad del gobierno los extremistas encuentran muy fácil realizar ejecuciones sin juicio y asesinatos extrajudiciales en nombre del Islam”. Las personas acusadas de blasfemia asesinadas en la cárcel o durante el proceso son ya 33 - recuerda Burney - como le ocurrió a los dos hermanos Rashid y Sajid Emmanuel, asesinados a tiros frente al tribunal de Faisalabad, en julio de 2010.
La “Comisión de Derechos Humanos de Pakistán”, una prestigiosa Ong local, en un comunicado enviado a la Agencia Fides con ocasión de la Jornada Internacional de los Derechos Humanos, señala que “el aumento de la militancia y la intolerancia religiosa es una amenaza para los derechos humanos en el país”. La condena a muerte por blasfemia de Asia Bibi, observa la Comisión, es una prueba “de las amenazas que sufren los ciudadanos, en base a malas leyes, y por la aplicación selectiva de dichas leyes”.Además, por la recompensa ofrecida por la vida de Asia, “no se ha realizado una acción legal, a pesar de la incitación al homicidio”.
Recurso ante la Corte Suprema del país
Mientras tanto, un cristiano paquistaní, Yunis Kushi, con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil, cristianas y musulmanas, ha presentado una instancia ante la Corte Suprema de Pakistán (el tercer grado de juicio) pidiendo la acción de la Corte (“de propia iniciativa”), contra la sentencia de muerte de Asia Bibi y contra los responsables de la incitación al odio religioso y al asesinato. El recurso señala los pasos de la Constitución de Pakistán don de se afirman los principios de libertad, igualdad, tolerancia y justicia social para todos los ciudadanos y las minorías religiosas. También cita el Acto antiterrorista del 1997, en el que el Estado se compromete a detener a “aquellos que inciten al odio religioso y que causen violencia”.