(Ep/InfoCatólica) Ante 6.500 fieles y autoridades, 1.100 concelebrantes y 800 cantores, el Pontífice ha pedido que "la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente".
"La Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana, y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar", ha afirmado. Según el Papa, "el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su estación, alumbramiento, crecimiento y su término natural".
Benedicto XVI ha pedido un apoyo "decidido" del Estado al hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia, y ha dicho que el modelo es "la Sagrada Familia de Nazaret" por su ejemplo de amor, trabajo y servicio ante Dios.
Tras constatar que "las condiciones de vida han cambiado mucho" desde los orígenes del cristianismo, ha destacado que los cristianos no deben contentarse con los progresos técnicos, sociales y culturales, sino que "deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia". Benedicto XVI ha abogado por medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su "plena realización".
Tras agradecer al cardenal y arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, su bienvenida y saludar a los Reyes y al cardenal Ricard Maria Carles, además de a todos los asistentes, Benedicto XVI se ha servido de la figura del artífice del monumento de la Sagrada Familia, Antoni Gaudí, al que se ha referido como "arquitecto genial y cristiano consecuente", para mostrar la consonancia entre fe y belleza.
Elogio del arquitecto Antonio Gaudí
Al igual que ha hecho en su alocución de bienvenida el arzobispo de Barcelona, el Papa ha ensalzado especialmente al arquitecto fallecido en 1927 por hacer "una de las tareas más importantes de hoy": "Superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza".
Ha remarcado que el templo, designado basílica y autorizado para el culto, es fruto de una "historia de santidad, de creación artística y poética, nacidas de la fe", y ha celebrado especialmente la vinculación del monumento modernista con San José, padre de Jesús.
"Me ha conmovido especialmente la seguridad con la que Gaudí, ante las innumerables dificultades que tuvo que afrontar, exclamaba lleno de confianza en la divina Providencia: 'San José acabará el templo". Por ello, "ahora no deja de ser significativo que sea dedicado por un Papa, cuyo nombre de pila es José" –Joseph Ratzinger–, ha señalado.
"Dios es Dios de paz y no de violencia, de libertad y no de coacción, de concordia y no de discordia", ha remarcado, para añadir: "Pienso que la dedicación de este templo, en una época en la que el hombre pretende edificar su vida de espaldas a Dios, como si ya no tuviera nada que decirle, resulta un hecho de gran significado".
Más de 800 cantores, de la Escolania de Montserrat, la Coral Sant Jordi y el Orfeó Català han solemnizado la Eucaristía con una cuidada selección de cánticos, entre los que se encontraba el emotivo Virolai a la Virgen, que entonarán antes del Ángelus, el Mesías de Haendel y el 'Crec en un Déu', canción popular de mossèn Romeu.
El Papa, tras entregar las llaves del templo al sacerdote que será encargado del mismo, ha iniciado la consagración de la obra cumbre del arquitecto catalán Antoni Gaudí, cuya finalización se prevé para el año 2026, echando agua bendita sobre el altar y el pueblo, mientras otros seis sacerdotes han rociado los muros de la Sagrada Familia.
Decenas de miles de asistentes a la Misa
Además de don Juan Carlos y doña Sofía, asistieron otras autoridades del ámbito estatal y autonómico, junto con los fieles. La Sagrada Família tiene capacidad para unas 9.000 personas pero por motivos de seguridad el aforo ha quedado reducido a 7.500 personas, que asisten a la misa en el interior del templo. Fuera, en las calles y plazas colindantes, se congregan decenas de miles de personas.
A las doce del mediodía, después de la misa, el Papa rezará el Ángelus como todos los domingos en la plaza de San Pedro, pero en esta ocasión será en la fachada del nacimiento de la Sagrada Família, como hizo su antecesor, Juan Pablo II, exactamente 28 años antes, el 7 de noviembre de 1982, durante su visita a Barcelona