(Libertad Digital/InfoCatólica) Las personas que iban a asistir a la misa diaria en el recinto monumental se han encontrado con un grupo de agentes de la Guardía Civil que les han impedido el paso, asegurando cumplir órdenes superiores, tal y como ya ocurriera el pasado día 3, con motivo de una misa en memoria de los caídos de la Guerra Civil de ambos bandos.
Puesto que hoy no se celebraba ninguna ceremonia especial, ha surgido el temor a que el Valle de los Caídos quede definitivamente cerrado también para el culto, pese a estar, abierto de forma totalmente legal. El presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos (ADVC), Pablo Linares, ha sido una de las personas a las que se ha impedido acceder al recinto. Al estar avisado por rumores previos de lo que iba a suceder, fue acompañado de un notario, que ha levantado acta de lo ocurrido para, en su caso, emprender acciones legales.
Cierre recurrido y polémico
El Valle de los Caídos, que recibía anualmente más de medio millón de visitantes, se mantiene cerrado para las visitas turísticas desde abril de este año. Fue entonces cuando Patrimonio Nacional alegó que las medidas de seguridad necesarias para realizar obras de restauración de la escultura de la Piedad, situada sobre la entrada al templo hacían necesario cerrar todo el recinto.
Este cierre, que hasta ahora no afectaba al culto religioso, ya que se permitía a los fieles la entrada para asistir a la misa diaria, fue ya recurrido en vía contencioso-administrativa por la ADVC ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que admitió a trámite el recurso, por lo que el procedimiento podría tener una resolución no demasiado lejana.
La clausura del Valle de los Caídos se produce en un momento ciertamente peculiar, porque coincide con la presencia en nuestro país de Su Santidad Benedicto XVI, quien se enfrenta a un hecho insólito en sus viajes: que estando él en un país el Gobierno clausure en la práctica un lugar de culto.