(Agencias/InfoCatolica) El Papa ha asegurado que espera “que la justicia siga su curso y garantice los derechos de las personas y de las instituciones en el respeto de las víctimas, en el reconocimiento sin prejuicios de todos los que se comprometen a colaborar con ella en el rechazo de todo cuanto oscurezca el noble desempeño de esta obligación”.
El pasado jueves agentes de policía y funcionarios judiciales efectuaron registros en la Catedral y en la sede del arzobispado de Malinas-Bruselas, así como en la vivienda del Card. Danneels y en la sede en Lovaina de la Comisión independiente a la que se había encargado la investigación previa sobre los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes o religiosos en Bélgica, en busca de documentos que corroboraran una denuncia por abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia católica.
El registro en la sede del arzobispado, la mayor circunscripción administrativa de la Iglesia católica belga, se realizó de forma simultánea a una reunión de la Conferencia Episcopal nacional, a la que asistía el nuncio apostólico. Los obispos y el personal del arzobispado fueron retenidos durante 9 horas mientras se llevaba a cabo la investigación.
Los investigadores, según un portavoz de la Fiscalía belga, no encontraron ningún documento en la catedral, aunque sí se incautaron de 475 expedientes, ordenadores, CD y DVD en el arzobispado y en la sede de la comisión. El Vaticano denunció además el pasado viernes la profanación de las tumbas de dos cardenales durante los registros.
El Ministro de Justicia defiende la actuación de la policía
Por su parte, el ministro belga de Justicia, Stefan de Clerck, defendió ayer la actuación de la justicia y la policía durante los registros masivos realizados el pasado 24 de junio.
De Clerck, en intervenciones ante las distintas cadenas televisivas belgas, desmintió las acusaciones del Vaticano de que los obispos que se hallaban reunidos en el palacio episcopal de Malinas en el momento del registro hubieran sido “maltratados” por la policía y privados de comida y bebida durante nueve horas.
El portavoz del palacio episcopal de Malinas confirmó que los obispos habían podido comer y beber normalmente durante las horas que permanecieron bloqueados en el edificio y que “habían sido bien tratados”.