(Agencias/InfoCatólica) El pasado domingo El Periódico informaba de que varios psiquiatras de Barcelona ofrecen terapias para la homosexualidad. “Nadie quiere ser homosexual, le cae encima. Si con una pastilla pudieran cambiar su orientación sexual, el 99% querría tomarla” decía el psiquiatra de la Policlínica Tibidabo, Joaquín Muñoz, en declaraciones al diario.
Al ser preguntada el mismo día por el asunto, la Consejera de Salud, Marina Geli, dijo que abriría expedientes informativos a dichos psiquiatras, ya que, según aseguró, ofrecer tratamientos para la homosexualidad, como enfermedad, es una práctica denunciable por mal ejercicio de la profesión. “El plan director de salud mental es muy claro en esto y no considera la homosexualidad como una enfermedad. Si realmente hay psiquiatras que la tratan como tal, se debe investigar”, sostuvo la consejera Marina Geli, en una jornada dedicada a la donación de sangre.
Geli aseguró que “En Cataluña no constaba que haya este tipo de prácticas, ni en la salud pública ni en la privada”. Respecto a personas que demanden una terapia, la consellera dijo que “no hay que confundir alteraciones emocionales en relación a la vivencia de la propia sexualidad: heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad”. La consejera Marina Geli sugirió también la necesidad de abrir un debate entre los profesionales.
David Elvira, director general de Recursos Sanitarios de la Generalidad, confirmó ayer que se abriría expediente a las clínicas y profesionales que ofreciesen dichas terapias. “Incluir el tratamiento médico de la homosexualidad como una actuación sanitaria puede ser considerado una mala praxis”, aseguró. En paralelo, Salut pedirá información al Plan director de Salud mental para saber si estos tratamientos están más extendidos. El presidente del consejo asesor de dicha sociedad es el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d'Hebron, Miquel Casas.
Sí es enfermedad
La homosexualidad, dejó de ser considerada un trastorno en 1973 por la Asociación Norteamericana de Psiquiatría, si bien la Organización Mundial de la Salud la mantuvo en su catálogo de enfermedades hasta 1990. Al respecto, el experto Gerard J. M. Van Den Aardweg, de Vivir en Familia, escribe que
“mucha gente no sabe que la génesis psíquica de esta condición sexual carece en absoluto de misterio y que su terapia es posible. El método que he utilizado consta de dos partes: la primera consiste en hacer adquirir al interesado una visión clara de la propia identidad y de su propio mundo afectivo; la segunda, en afrontar esa situación”.
Asimismo, un artículo publicado en el año 2003 en la revista científica Archives of Sexual Behavior dio a conocer un estudio realizado por uno de los expertos en epidemiología psiquiátrica más importantes en el mundo, Robert L. Spitzer, quien mostraba a través de numerosos casos médicos que la homosexualidad es una enfermedad que puede curarse.
Dicho estudio había sido presentado en 2001 en el Congreso de la Asociación Norteamericana de Psiquiatría, después de que el mismo Spitzer se retractase de la postura que le hizo impulsar en 1973 la retirada de la homosexualidad de la lista de desórdenes psiquiátricos.