(Zenit/InfoCatólica) “Desde niño –relata la madre de Popieluszko– Jerzy rezaba en casa con toda la familia. Siempre hemos rezado todos juntos. Cada miércoles rezábamos ante la imagen de María del Perpetuo Socorro, cada viernes la oración era ante el Sagrado Corazón de Jesús, mientras que cada sábado rezábamos ante la Virgen de Czestochowa”.
En la entrevista, Marianna recuerda también que el lugar privilegiado de su hijo era Niepokalanów, la Ciudad de la Inmaculada, en las cercanías de Varsovia, fundada en 1927 por el padre Maximiliano Kolbe. “Tras el examen final del Liceo, Jerzy fue a Varsovia al Seminario Mayor para entregar los documentos. Recuerdo que mi hijo leía mucho el Rycerz Niepokalanej (Miles Immaculatae), la revista mariana comenzada por el propio san Maximiliano María Kolbe. Para Jerzy, san Maximiliano María Kolbe era el más grande ejemplo de sacerdote”.
“La muerte de Jerzy –prosigue la madre del sacerdote asesinado por el régimen comunista– ha sido para mí el dolor más grande. Pero no juzgo a nadie. Dios juzga. La alegría más grande será para mí cuando las personas que mataron a Jerzy se conviertan”.
A la pregunta de si reza por intercesión de su hijo, la mujer respondió: “Yo rezo a Dios. Hay que rezar cada día. Muchas veces he rezado por intercesión de Jerzy Popiełuszko, mi hijo, y me ha ayudado. Jerzy sabía que Dios es la presencia más importante en la vida”.