(Lne/J.M.Ceinos/InfoCatólica) En 1985 Juan José Panizo (Avilés, 1965) conectó con el movimiento a favor de la vida y participó en la querella por el primer aborto legal que se practicó en España, que se hizo en el Hospital de Cabueñes. "La querella no prosperó por motivos políticos y sociales, no por motivos médicos", puntualizó Juan José Panizo.
–¿Cuál es su posición sobre la nueva ley del Aborto?
–La ley entrará en vigor el próximo día 6 de julio y quiero dejar claro que el planteamiento provida no es anti nada ni somos los malos de la película; quienes luchamos en defensa de la vida lo estamos haciendo por dos seres: el no nacido, que es un ser vivo y que con la nueva ley ya en las catorce primeras semanas podrá ser liquidado a voluntad de la mujer, y luego por las mujeres que abortan, que lo que tienen, y no se dice, es un síndrome postaborto brutal.
–¿En qué consiste dicho síndrome?
–Es un síndrome que está especificado en las estadísticas. Toda mujer que aborta queda dañada interiormente, sea o no muy consciente de ello. Esa pesadumbre interior por haber eliminado un ser vivo les acompañará toda su vida, por eso el índice de suicidios y de enfermedades aumenta en las mujeres que han abortado.
–¿Las mujeres no tienen derecho a decidir sobre su propia maternidad?
–Con la nueva ley el aborto se convierte en un derecho. Lo que hasta ahora, con la ley de 1985, estaba penalizado y era un delito y excepcionalmente en unos casos no se aplicaba la pena, con la nueva legislación se saca del Código Penal y se convierte en un derecho: la mujer tiene derecho a decidir sobre si quiere o no que nazca ese niño.
–Es decir, la mujer decide...
–El salto es que el aborto, que hasta ahora era un delito, se convierte en un derecho de la mujer, sin alegar ningún supuesto de necesidad. Y lo importante no es, como se planteó el debate, si a los dieciséis años debe o no informar a los padres, lo importante es que se está diciendo que una mujer tiene derecho a eliminar a ese niño. En mi opinión, coincidente con el Consejo Fiscal, eso es inconstitucional, ya que está equiparando el derecho a la vida del nasciturus, que lo reconoce también el Tribunal Constitucional, con el derecho a decidir de la mujer, y no es equiparable. Por eso, lo que se hizo en los últimos años se descubre que era todo mentira.
–¿En qué sentido?
–Cuando se aprobó la ley de 1985 todo el mundo tenía muy claro que era para casos excepcionales, pero la realidad es que se utilizó para un coladero abortista.
–¿Qué harán ustedes?
–Una iniciativa del Movimiento Pro Vida de Asturias será crear en Tordesillas un centro internacional para la defensa de la vida humana (CIDEVIDA). Se abrirá el próximo mes de junio en una iglesia del siglo XVI que nos han cedido. El centro tendrá dos características: una, se regirá con criterios exclusivamente científicos, no morales, religiosos o éticos, ya que va dirigido a la gente que es favorable al aborto, que se encontrará allí las explicaciones científicas del origen de la vida y del desarrollo embrionario.
Dirigirán el centro CIDEVIDA dos científicos de renombre inteernacional: César Nombela y Mónica López Barahona; y la segunda característica será que contará con un sistema de terapia para el síndrome postaborto. Tendrá una tercera característica, que será la información, que ya existe, de todos los centros de España y de todas las instituciones privadas que dan alternativas distintas al aborto. Lo que ahora mismo encuentra la mujer a quien la maternidad le supone un problema es el aborto, que no es admisible, ya que no es la única solución, y es lo que queremos transmitir.
