(Aci/InfoCatólica) En la capilla Redemptoris Mater, del Palacio Apostólico, después de la celebración de las Laudes y la meditación del padre Enrico dal Covolo, el Papa tomó la palabra para agradecerle sus “apasionadas y muy personales” reflexiones que los han guiado "en el camino hacia Cristo y en el camino hacia la renovación de su sacerdocio. El hombre no es perfecto en sí mismo, el hombre necesita las relaciones, estar en relación. No puede en su meditación reflexionar sobre toda la realidad, pues necesita la escucha, la escucha del otro y sobretodo la escucha del Otro- en mayúsculas- de Dios. Solo así se conoce a sí mismo, sólo así se hace a sí mismo”.
El Santo Padre aludió a la imagen de la Madre del Redentor - la Sedis Sapientia, la sabiduría encarnada en el vientre-, que constantemente puede ver desde su lugar en la Capilla Redemtoris Mater y recordó cómo san Lucas presenta a María como una mujer de “corazón de escucha”, que sumergida en la palabra de Dios, la medita, la escucha, la compone y la conserva en su corazón.
"Los padres de la Iglesia dicen que en el momento de la Concepción del Verbo eterno en el vientre de la Virgen, el Espíritu Santo entró en María a través del oído: en la escucha ha concebido la palabra eterna, ha dado su carne a esta palabra. Y así nos dice qué es tener un corazón de escucha".
Benedicto XVI explicó que en los frescos que decoran la capilla, María está rodeada por los padres de la Iglesia, por la comunión de los santos, y así se puede entender que no es en el yo aislado que podemos realmente escuchar la Palabra, sino sólo en el nosotros de la Iglesia, en el nosotros de la comunión de los santos, tal como lo propuso el predicador en estos ejercicios espirituales presentando las figuras de varios sacerdotes.
"Usted querido don Enrico nos lo ha mostrado, dando voz a cinco figuras ejemplares del sacerdocio, comenzando por Ignacio de Antioquia hasta el querido papa Juan Pablo II. Así hemos podido realmente percibir qué significa ser sacerdotes, hacernos cada vez más sacerdotes y también ha subrayado que la consagración va hacia la misión, está destinada a hacerse misión". El Santo Padre concluyó sus palabras reafirmando que en estos días de Ejercicios Espirituales han podido profundizar, con la ayuda de Dios, en su consagración y con renovada valentía enfrentar su misión.