(Agencias/InfoCatólica) En septiembre pasado el propio alcalde de San Lorenzo de el Escorial, José Luis Fernández-Quejo, y Juan de Ávalos, hijo del artista que esculpió las imponentes esculturas de los cuatro evangelistas y la Piedad situada en la puerta de la basílica, denunció que que Patrimonio Nacional no está haciendo nada para evitar el deterioro del complejo escultórico.
Don José Luis afirmó que la situación de las estatuas es grave e incluso peligrosa. Las grapas de acero con las que están sujetas las piezas de los evangelistas (de unos 800 a 1.000 kilos) al núcleo interior de hormigón se están oxidando por culpa de las fisuras y filtraciones en las junturas. Igualmente, la piedra de Calatorao, un piedra basáltica, está muy deteriorada.
Ávalos se mostró partidario de sellar esas juntas como solución urgente, ya que en caso contrario a las estatuas les puede ocurrir lo que a un edificio que no se conserva adecuadamente y puede venirse abajo. "Creo que las obras de arte y el patrimonio hay que conservarlo independientemente de los temas políticos", añadió el hijo del escultor.
En el año 2002, Juan de Ávalos acompañó a su padre a realizar una inspección por la zona y el autor de las esculturas se fue muy preocupado "porque no se les daba el mantenimiento necesario", según relató el hijo.
Por otra parte, fuentes cercanas a la comunidad benedictina aseguran que el Gobierno está haciendo todo lo posible para que los frailes se vayan y que vuelvan a Silos, Monasterio que fundó la Abadía de la Santa Cruz y Santa María del Valle de los Caídos. Existe un contrato desde 1958 para que una comunidad benedictina dependiente del monasterio de Silos, atienda el culto en la Basílica, y ocupe las instalaciones de la Abadía por 100 años, .