(Deia/InfoCatólica) No es la primera vez que Arregi recibe un "toque de atención"; de hecho, ya no imparte las clases de Teología que ofrecía en la Universidad Pública de Navarra. "Por ahora, seguirá en la Universidad de Deusto", explica su hermana, que teme las medidas que puedan llegar "en el futuro", ya que no cree que pueda evitarlas.
La gota que colmó el vaso fueron las declaraciones sobre el supuesto documento que el desde hoy obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, se dejó olvidado en el ordenador de la parroquia de Zumarraga, con el nombre de Mafia, en la que, según explicó, había una lista de curas guipuzcoanos y sus adscripciones políticas, entre otros.
Kontxi está preocupada por su hermano, ya que está convencida de que "el silencio no le beneficiará, le perjudicará como persona, y su creatividad también se verá menguada". Admira la humildad con la que se ha tomado su hermano la noticia, pero quiere decirle que "no tenga dudas con el camino que sigue".
Joxe Arregi ofrecía cada jueves su punto de vista del Evangelio, desde un punto de vista crítico, se lo enviaba a 330 personas y se publicaba en Atrio. Kontxi era una de las personas que recibía sus escritos cada semana: "Eran textos con los que conseguía sacarnos lo mejor de las personas. Ha enriquecido a mucha gente su vida interior".
Kontxi detecta "mucho miedo" en el seno de la Iglesia de Guipúzcoa, como consecuencia del nombramiento de Munilla como obispo. "Las personas que viven en torno a la Iglesia está asustadas y temen las represalias" que puedan sufrir como consecuencia de sus declaraciones. Considera que el margen que se les deja para hablar "es cada vez más estrecho".