(CNS/InfoCatólica) "La única disposición que nos permite atenernos al auténtico espíritu de la liturgia", aseveró el sacerdote, "es considerar tanto la actual como la pasada liturgia como un único patrimonio en continuo desarrollo".
Monseñor Marini lamentó que la necesidad de la renovación sea evidente debido a la extensión mundial de los abusos litúrgicos. "No es difícil darse cuenta qué lejos están algunas conductas del verdadero espíritu litúrgico", afirmó el presbítero, quien añadió que "nosotros, los sacerdotes, somos los principales responsables de ello".
Citando las obras del por entonces cardenal Ratzinger, antes de su elección como Benedicto XVI, el liturgista italiano enfatizó que la forma de la liturgia es establecida por la Iglesia y no puede ser alterada arbitariamente por ningún sacerdote. En ese sentido, el padre Marini condenó el "comportamiento despótico" de los sacerdotes que se saltan las reglas litúrgicas y enfatizó que la liturgia "no está disponible para que nosotros hagamos una interpretación personal de la misma".
Monseñor Marini afirmó: "¡Qué locura es, efectivamente, que reclamemos para nosotros el derecho a cambiar, de forma subjetiva, los signos sagrados que el tiempo ha ido tamizando, a través de los cuales la Iglesia habla de sí misma, de su identidad y de su fe!"
El liturgista vaticano abogó además por la celebración tradicional cara "ad orientem", que es la que tiene sus raíces en los orígenes del cristianismo. "En nuestro tiempo", aseguró, "la expresión `celebrando de cara al pueblo´ ha entrado en nuestro vocabulario común. Si la intención el usar esa expresión es describir la localización del sacerdote, quien, dado el hecho de que hoy el mismo se encuentra mirando a la congregación debido a la posición del altar, entonces es aceptable. Pero sería absolutamente inaceptable en el momento en que fuera usada como una proposición teológica. Teológicamente hablando, la Santa Misa, de hecho, está siempre dirigida hacia Dios a través de Cristo nuestro Señor y sería un grave error imaginar que la orientación principal del acto sacrificial es la comunidad".
Monseñor Marini aseguró que cada uno de los aspectos de la liturgia debe estar destinado a promover la adoración. El clérigo señaló que el Papa Benedicto ha empezado la práctica de dar la comunión a los fieles en la lengua mientras están arrodillados, lo cual es una "señal visible de una apropiada actitud de adoración delante de la grandeza del misterio de la presencia eucarística de nuestro Señor".
El padre Marini, a la vez que animó de corazón a una participación de todos en la liturgia, dijo que la misma "no sería realmente una participación activa si no condujera a la adoración del misterio de la salvación en Cristo Jesús, quien murió y resucitó por nosotros".