(Buhardilla/InfoCatólica) Monseñor Luigi Negri, obispo de San Marino-Montefeltro, ha puesto por escrito lo que muchos católicos piensan y dicen tanto en público como en privado. A saber, que el excesivo irenismo y aperturismo del mundo católico en los últimos tiempos obtiene como resultado el desprecio de las instituciones que están tomadas por el laicismo radical y anticristiano.
El obispo italiano anuncia además una misa de reparación frente a la sentencia de Estrasburgo contra la presencia del crucifijo en las aulas, la cual es considerada como un gesto de rechazo hacia el Crucificado.
Por su interés reproducimos el comunicado de Monseñor Negri:
La decisión tomada por la Corte de los Derechos humanos de Estrasburgo era ampliamente previsible y, en ciertos aspectos, esperada. En estas instituciones se está catalizando sustancialmente todo el peor laicismo que tiene una connotación objetivamente anticatólica y tiende a eliminar, incluso con la violencia, la presencia cristiana de la vida de la sociedad y, además, los símbolos de esta presencia. Otros ya han indicado, sobre todo la Conferencia Episcopal Italiana, la mezquindad cultural de esta decisión, la miopía, como ha dicho la Santa Sede, pero yo creo que es correcto decir que se trata de una voluntad subversiva hacia la presencia cristiana, conducida con una ferocidad sólo comparable a la aparente objetividad o neutralidad de las instituciones del derecho. Sin embargo, es también correcto – como hacían nuestros antepasados, y nosotros a menudo hemos olvidado esta lección -, que nos preguntemos si nosotros, como pueblo cristiano y, además, quisiera decir como eclesiásticos, no tenemos algunas responsabilidades por esta situación. Siempre es correcto leer en profundidad si, de algún modo, hemos corrido el riesgo de ser cómplices.
El asunto de Estrasburgo, en su brutalidad, es también una consecuencia de demasiado irenismo que atraviesa al mundo católico desde hace décadas, por el cual la preocupación fundamental no es nuestra identidad sino el diálogo a toda costa, estar de acuerdo con las posiciones más distantes. Este respeto de la diversidad de las posiciones culturales y religiosas, sostenido por la idea de una sustancial equivalencia entre las diversas posiciones y religiones, que hace perder al catolicismo su absoluta especificidad. Un irenismo, un aperturismo, una voluntad de diálogo a toda costa, que es recompensada de la única manera en que el poder humano recompensa siempre estas desordenadas actitudes de compromiso: el desprecio y la violencia.
Es necesario renovar la conciencia de la propia identidad, de la propia especificidad como acontecimiento humano y cristiano frente a cualquier otra posición, y prepararnos para vivir el diálogo con todas las otras posiciones, no sobre la base de una desmovilización de la propia identidad sino como expresión última, crítica, intensa, de nuestra identidad.
Finalmente, resultará tal vez una prueba significativa, una prueba que puede ser formativa, una prueba por medio de la cual – como a menudo nos recuerda la tradición de los grandes Padres de la Iglesia -, Dios continúa educando a su pueblo. Pero es necesario que el juicio sea claro y no se frene en reacciones emotivas sino que se lea en profundidad la tarea que tenemos delante: recuperar nuestra identidad eclesial y comprometernos en el testimonio frente al mundo.
Este acontecimiento ha impresionado profundamente al Obispo y a la Iglesia de San Marino-Montefeltro; el día 12 de noviembre, a las 18.30 hs en el Santuario del Crucificado de Talamello, el Obispo presidirá una Liturgia de reparación frente a lo que, objetivamente, es un gesto de rechazo del Crucificado. Al mismo tiempo, en las diversas realidades parroquiales de toda la Diócesis, los Párrocos han sido invitados a preparar este momento a través de oportunas iniciativas.
Pennabili, 4 de noviembre de 2009.
+ Luigi Negri
Obispo de San Marino-Montefeltro