(NewYorkTimes/Luis F. Pérez/InfoCatólica) Todos ellos pertenecen a la generación marcada por el Concilio Vaticano II, que "modernizó" la Iglesia y muchas de sus órdenes religiosas. Muchos monjes y monjas abandonaron sus hábitos, y salieron de sus conventos para trabajar en servicios comunitarios. El estudio confirma lo que se sospechaba desde hace tiempo: que las órdenes religiosas más "modernizadas" son las que atraen a un menor número de miembros.
El estudio ya estaba en vías de desarrollo cuando el Vaticano anunció tanto la Visita Apostólica a las órdenes religiosas femeninas en los Estados Unidos como la investigación doctrinal a la Leadership Conference of Women Religious, que es el grupo bajo el que se asocian la mayor parte de las religiosas norteamericanas.
El nuevo estudio, que ha sido publicado el pasado martes y que ha sido finaciado por un donante anónimo, fue llevado a cabo por el Center for Applied Research in the Apostolate de la universidad de Georgetown para la Conferencia Nacional de Vocaciones Religiosas, la cual está buscando la manera de atraer a la vida religiosa a nuevos sacerdotes y monjas.
"Habíamos oído como anécdota que la gente más joven atraída a la vida religiosa era diferente y realmente es así" aseguró la Hna Mary Bendyna, directora ejecutiva del Center for Applied Research in the Apostolate. "Los jóvenes se sienten más atraídos por la forma tradicional de vida religiosa, en la cual hay más vida comunitaria, oración común, Misa conjunta, oración de la Liturgia de las Horas en común, etc. Para ellos la fidelidad a la Iglesia es algo realmente importante. Y están buscando comunidades donde sus miembros lleven el hábito". De entre los nuevos sacerdotes religiosos y monjas, al menos dos tercios han elegido órdenes donde el uso del hábito es la norma habitual.
Diversidad étnica
El estudio muestra también que mientras que el 94 por ciento de los actuales religiosos es de raza blanca, sólo lo son un 58 por ciento de los novicios.
Según la Hna Bendyna, entre los aspirantes a a vida religiosa, los asiáticos y procedentes de las islas del Pacífico están sobre representados al llegar al 14 por ciento, muy por encima del 3 por ciento que alcanzan entre la población católica de los Estados Unidos.
Los hispanos, que sólo son un 3 por ciento de los miembros actuales en las órdenes religiosas, llegan al 21 por ciento entre los postulantes.
La edad media de los que han profesado recientemente se sitúa en los 32 años para las mujeres y los 30 para los hombres. Sin embargo, la mayor dificultad estriba en conseguir que los aspirantes acaben confirmando su vocación a la vida religiosa. La han abandonado cerca de la mitad de los que entraron en órdenes religiosas desde 1990.
"La gente llega a la vida religiosa porque sientes que están siendo llamados", afirma el Hno Paul Bednarczyk, director ejecutivo de la Conferencia Nacional de Vocaciones Religiosas, quien añade que el propósito del proceso de formación de la Iglesai es "discernir que existe una verdadera llamada antes de que se lleve a cabo el compromiso". Así que "no es una sorpresa", asegura, "que tengas gente que finalmente abandone".