El Santuario de Lourdes cierra por el coronavirus las piscinas donde se bañan los enfermos

Por lo menos, siguen con el recinto abierto, y están las fuentes de agua que siempre te puedes echar encima.
Rezar en la gruta de La Virgen, es algo especial, me alegro que no lo hayan cerrado.

Llama la atención sobre el coronavirus la absoluta inacción por parte de la Iglesia, jerarquía y fieles. Ayer creo que en esta web alguien empezaba a sacar el tema, un mes después de la crisis brutal que está provocando en Asia. Ha durado poco, en seguida se cambia de tema.



Aquí no pasa nada, circulen.



¿Cabía esperar otra cosa?, pues esperanzas pocas, desde luego. Se ha tenido un mes para organizar vigilias, para hacer penitencia para pedir misericordia a Dios y qué. Nada, hombre nada, es más importante seguir con nuestras historias, que si el obispo tal ha dicho esto, que si el cardenal cual ha hecho esto otro.



Hay un riesgo altísimo de que las consecuencias de lo que viene sean mucho más allá de unos centenares o unos pocos miles de muertos por el virus. Este país solo necesita un empujoncito para que colapse de forma completa por mil motivos que no vienen al caso. La estupidez y la ignorancia está tan extendida a todos los niveles que cualquier cosa que se haga con sentido común, es sospechosa de algo incorrecto.

¿Por precaución? ¿Esta gente cree en algo? ¡Si ahí se han bañado durante siglo y medio leprosos y hasta tuberculosos! El milagro de Lourdes es que la gente no se contagiara de nada.

Supongo que las autoridades sanitarias lo sabrán y lo habrán evaluado pero ¿no era más fácil clorar las aguas hasta donde sea conveniente? ¿o hay datos de que el virus no muere por este sistema?.
¿Y hasta dónde es una alarma real más allá de lo razonable de cualquier tipo de gripe, aunque ésta sea un poco más virulenta? ¿O están haciendo pruebas con la población para ver cómo se la puede manipular con un hecho real aumentado? De hecho ya lo hicieron hace unos años con la "gripe aviar" que luego quedó en falsas alarmas fuera de lo habitual.

Se practica desde hace muchos años en las misas, en las peticiones, pedir cosas espirituales institucionales, que se cumplirían en privado y no son verificables, excluyendo la petición de bienes más concretos como la sanación de un enfermo, por ejemplo, o el fin de la peste actual.




Pero nosotros católicos podemos rogar por nuestra necesidad concreta mundana en las peticiones de misa, sujetándonos a "Que se haga Tu Santa Voluntad en la Tierra y en el Cielo".

Yo no se si los comentaristas sabeis como son las "piscinas" en Lourdes, no son exactamente piscinas, son como unas bañeras sin tapon, el agua sale pero no se estanca, hay dos trabajadoras que te agarran, te acercan al chorro donde hay una imagen de la Virgen, te mojan y te sacan enseguida, tan rápido que no te da tiempo de nada. De hecho, sales solo un poco mojado.
Te puedes mojar casi igual en unas fuentes que hay cerca de la gruta, donde puedes sacar el agua que quieras, algunos van con garrafas.

Poca fe. En lugar de llamar a la oración y el ayuno y penitencia para clamar misericordia a Dios, pasamos a cerrar iglesias, quitar misas y comulgar en la boca. Hay un artículo interesante de una médico que dice que la mejor opción sería hacer más misas para evitar aglomeraciones grandes y comulgar en la boca y de rodillas para que el sacerdote pueda fácilmente depositar la Sagrada Forma desde un centímetro de distancia dejándola suavemente. Es evidente que el único que se ha lavado las manos es el sacerdote y los demás incluso se pueden haber chocado la mano o tocado monedas que vienen de quien sabe donde. Mientras por más manos pase la Sagrada Forma más peligro de contaminarse como pasaría a cualquier alimento pero no me entra en la cabeza que el Señor fuese portador de virus y canal de infección sino solo de sanación. Mucho protestante y poca fe.

Desde hace unos días, conecto con el canal de TV del santuario de Lourdes para sumarme al rezo del Rosario en la gruta y ya han empezado a pedir la intercesión de la Santísima Virgen por los enfermos, sanitarios, cuidadores y fallecidos a causa de esa enfermedad, por los científicos que investigan posibles remedios?.etc., etc. Que Dios nos ilumine, auxilie y bendiga a todos, y despierte las conciencias y abra los corazones de quien no creen en EL para que se conviertan en estos tiempos de oscuridad, zozobra y apostasía.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

Dulce e Inmaculado Corazón de María, sed nuestra Salvación.

Lo que es una estupidez es la histeria que en la que nos estamos sumiendo con este acontecimiento, sobre todo ?cristianos? que se supone que creemos que Jesucristo es la Verdadera Salud y que Él ha vencido a la muerte y estamos hechos para el cielo.

Hagamos vigilias más bien para que Dios nos de una mirada de fe, porque ?cuando venga el Hijo del hombre ¿encontrará fe en la tierra?? Eso me preocupa más que un bichito que ha puesto en jaque a un país ateo y está llenando de histeria a paganos que nos decimos cristianos.

Una pena, pero en la Iglesia hay mucha, demasiada gente que piensa y habla así. Tampoco se puede hacer mucho más, no se puede solucionar en dos días, lo que es una labor de una vida.



Nos prepararemos para ver de todo. Se suprimirán misas, confesiones, comulgar en la boca, mientras permitirán besapiés y aglomeraciones que tuvieron un origen religioso, y que ahora, son tradiciones contingentes (y quién sabe cuántas son gratas a Dios) con una mezcla de interés económico, turístico y social.



Permitirán los actos que no son imprescindibles y prohibirán lo esencial.



Es muy posible, y todo lo parece indicar, que va a haber un caos general importante, y esta vez a los servicios religiosos les va a afectar de lleno.



Es llamativo que Dios lo permita, y que lo permita precisamente en Semana Santa. Obviamente, esto tiene una lectura.



Para los cristianos hay un peligro no muy evidente. No entender lo que ocurre, puede llevar a negar la realidad de las cosas. Negar la realidad es negar la verdad. Negar la verdad amparándose en la fe, produce un daño importante, porque la fe se degrada en superstición. La superstición a su vez no protege de los embates contra la virtud de la esperanza, por lo que, finalmente, la desesperación está al acecho de tantos y tantos.