(Il Giornale/InfoCatólica) Mons Rob Mutsaerts, obispo auxiliar de s’Hertogenbosch, Países Bajos, ha concedido una entrevista al diario italiano Il Giornale en la que ha criticado fuertemente algunos aspectos del sínodo de la Amazonía. Considera que este no fue más que un «engaño a los fieles» y que «representó una burla de la fe». La Iglesia, para el obispo holandés, «se está ocupando de algo que no tiene que ver con su misión, que es guiar a los fieles hacia Cristo».
La inminente publicación de la exhortación apostólica post-sinodal ha venido precedida por la burda campaña de manipulación de ciertos sectores de la prensa contra el libro del Cardenal Sarah en colaboración con Benedicto XVI en defensa del celibato sacerdota. En ese ambiente el obispo Mutsaerts ha criticado fuertemente el desarrollo del Sínodo.
¿Es realmente el problema la caída de las vocaciones?
El 80 por ciento de la población amazónica vive en grandes ciudades, y el problema de la falta de sacerdotes no es diferente al de muchas otras áreas del mundo. El problema es más bien una falta de fe. Todo esto no se resuelve aceptando sacerdotes casados. Es suficiente ver lo que sucede en la iglesia anglicana, donde los sacerdotes casados son una práctica común. La crisis en otras iglesias es aún mayor que en la iglesia católica: el colapso de la fe es dramático.
¿Por qué, entonces, esta orientación en el Sínodo?
«Las palabras clave del documento final del Sínodo no fueron Madre Tierra y ecosistema, sino viri probati, diaconisas y rito amazónico. Fue el cardenal Hummes quien empujó el resultado en esta dirección. Naturalmente, ahora los resultados no se limitarán a la región amazónica. La caja de Pandora está abierta y habrá implicaciones para toda la Iglesia. Los obispos locales, comenzando por Alemania, preguntarán lo mismo. El sínodo ha sido un engañó a los fieles, esta es la triste conclusión, una burla de nuestra gloriosa fe, un colapso de la tradición.
Mons Rob Mutsaerts espera que la exhortación apostólica «destruya el documento final» y criticó la falta de referencias a Cristo y el enfoque que le dieron algunos padres sinodales: «¿No deberíamos llevar a Cristo a la Amazonía? Más bien, parece que el Sínodo trajo la idolatría amazónica a Roma»
¿Y ahora qué pasará?
Esperemos que el Papa Francisco destruya el documento final, pero las esperanzas son muy pocas. Señor, ten piedad.