(LifeSiteNews) Un obispo del norte de Italia se negó a rezar abiertamente el Credo de Nicea sobre la solemnidad de la Epifanía porque dijo que no quería ofender a los ortodoxos, valdenses y no creyentes que estaban presentes en la congregación.
El obispo Derio Olivero de la diócesis piamontesa de Pinerolo anunció al final de su homilía el 6 de enero que el rezo del Credo sería reemplazado por un momento de silencio para que todos pudieran rezar en silencio sus propias oraciones.
Dirigiéndose a fieles católicos, representantes de otras religiones tradicionales y autoridades cívicas en lo que se llamó la «Misa de los Pueblos», el obispo Olivero dijo: «Dado que también hay no creyentes, todos lo dirán en silencio. Los que creen pueden decirlo y los que no creen o son de otras religiones dirán en silencio las oraciones de su creencia».
La palabra «Epifanía» significa «manifestación». En la solemnidad de la Epifanía, la Iglesia conmemora la manifestación de Cristo a los Magos, es decir, a los gentiles.
Varios fieles que estuvieron presentes en la Misa de la Epifanía, incluido uno que grabó las palabras del obispo, le dijeron al medio italiano La Nuova Bussola Quotidiana que su anuncio estuvo seguido por un silencio incómodo antes de que se reanudara la Misa.
Los representantes diocesanos buscaron justificar el silencio del obispo sobre el Credo con el argumento de que era «en aras de una mejor internalización».
El obispo Olivero también negó cualquier disparidad entre su decisión y las normas litúrgicas de la Iglesia, y le dijo a La Nuova Bussola a través de su portavoz: «Esto, en mi opinión, no constituye ninguna violación de nada».
El obispo Olivero, que sirve como miembro de la comisión de la Conferencia Episcopal Italiana para el ecumenismo y el diálogo, justificó su decisión, diciendo: «Respeto el Misal 56 domingos al año y siempre respeto la liturgia, pero en ocasiones como en esta misa habían miembros de otras iglesias y pensé que los católicos podían decir el Credo en silencio y aquellos en cambio, como los valdenses y los ortodoxos, podían rezar algo en lo que ellos creen. Todo en silencio, pero reafirmo mi absoluta fidelidad al Misal.
De acuerdo con la Instrucción General del Misal Romano, «El Credo debe ser cantado o dicho por el sacerdote junto con la gente los domingos y solemnidades. Se puede decir también en celebraciones particulares de carácter más solemne» (n. 68).
La Instrucción explica que el propósito de la Profesión de Fe, o Credo, «es que toda la gente reunida pueda responder a la palabra de Dios proclamada en las lecturas tomadas de la Sagrada Escritura y explicadas en la homilía y que también puedan recordar y confesar los grandes misterios de la fe recitando la regla de fe en una fórmula aprobada para uso litúrgico, antes de que estos misterios se celebren en la Eucaristía».
En respuesta a los comentarios del obispo, La Nuova Bussola comentó: «El punto no es respetar la liturgia 56 domingos al año excepto en la Epifanía, sino respetarla siempre, porque la liturgia católica no está sujeta a las circunstancias del momento, para modas, políticas y sentimientos».
El medio de comunicación italiano también argumentó que el obispo Olivero «subjetimó» la fe y efectivamente hizo que los católicos «renunciaran» a su fe en nombre del «ecumenismo», en el mismo momento en que son llamados públicamente a profesarla.
Según el antiguo axioma, «Lex orandi, lex credendi, lex vivendi», es decir, la fe profesada (lex credendi), debe quedar recogida en la fe celebrada (lex orandi) y manifestarse en la fe vivida (lex vivendi). Por el contrario, parece que la divergencia de la adoración se traduce en divergencia de creencias y divergencia de estilos de vida.
De hecho, el obispo Olivero ha demostrado ser bastante partidario de los diversos estilos de vida.
En una entrevista en febrero de 2018 sobre el documento resumido del Papa Francisco sobre la familia, Amoris Laetitia, el obispo Olivero dijo que si bien «el matrimonio es indisoluble» no es «irrompible». Agregó que «para aquellos que han llegado a una nueva unión puede haber un camino que también se integra completamente en los sacramentos».
Cuando el entrevistador le preguntó si podía imaginar que las segundas uniones fuesen bendecidas, el obispo Olivero dijo: «En el documento (directrices) de la Conferencia Episcopal de Piamonte, esto no está previsto, pero creo que podría ser una buena solución. Habiendo hecho un camino apropiado, uno puede prever una bendición, lo que significa reconocer la validez de la relación».
«Amoris Laetitia va más allá de la lógica jurídica», continuó el obispo Olivero. «Una pareja que conscientemente vive la nueva unión en todos sus aspectos puede tener acceso a los sacramentos después de un camino adecuado. Esto nos ayuda a comprender que los sacramentos no son una recompensa por el bien».
Olivero, quien fue nombrado obispo por el Papa Francisco en julio de 2017, dijo que una de las «grandes novedades» del Amoris Laetitia es que «ya no es posible decir que todos los que se encuentran en las llamadas situaciones irregulares viven en pecado mortal porque hay muchas preguntas para analizar».
Tales situaciones irregulares tienen que ser evaluadas «caso por caso», dijo.