(Agencias/InfoCatólica) Tanto Rachel como su marido Cody se han mostrado felices de ser padres de las dos gemelas, Charlotte y Annette con síndrome de Down, algo que apenas ocurre una vez por cada millón de embarazos.
Además, los doctores les habían asegurado que las niñas necesitarían someterse a una cirugía de corazón nada más nacer debido a una enfermedad cardiaca congénita. Finalmente, tras nacer de parto natural -también rechazó la cesárea- solo Charlotte necesitó la operación, de la que se ha recuperado satisfactoriamente.
Tras el primer diagnóstico que apuntaba la posiblidad de que las niñas tuvieran síndrome de Down, los médicos les ofrecieron realizar nuevas pruebas para confirmar dicho diagnóstico, a lo cual se negaron, de igual forma que no aceptaron nunca la posibilidad de abortar.