(Agencias/InfoCatólica) En una carta remitida a la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, el prior deja claro que la sentencia del Tribunal Supremo (la que avaló la exhumación) no resuelve las alegaciones de la Abadía, sino de la familia Franco.
Precisamente el Supremo ha dictado este miércoles un auto donde rechaza la aclaración de sentencia solicitada por los nietos de Francisco Franco y se remite a los términos de la resolución donde dio vía libre a la exhumación de los restos depositados en la basílica del Valle de los Caídos. «La sentencia es clara», contestan los magistrados.
Los Franco querían saber si en el caso de que la Iglesia se opusiera ahora a sacar los restos del Valle, si esa decisión puede ser sustituida por una autorización judicial.
La respuesta del Supremo es que, aunque el Gobierno necesita autorización eclesiástica para llevar a cabo la exhumación, la negativa del prior a posibilitar la misma «decae» con la sentencia del tribunal.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo sostiene además que esa negativa del prior «no fue absoluta sino condicionada a lo que resolviera esta Sala. Por eso, la sentencia, establecida la conformidad a derecho de los acuerdos del Consejo de Ministros, tiene por decaída esa denegación».
La sentencia decía:
«En la medida en que la respuesta de éste ampara su negativa en la oposición de los familiares, una vez establecido que estos ni tienen capacidad de disposición absoluta o ilimitada sobre un bien de titularidad pública, ni sus derechos a la intimidad personal y familiar y a la libertad religiosa les confieren la facultad de impedir la exhumación legalmente acordada, debe entenderse que decae tras esta sentencia».
Sin embargo, la carta del Prior al gobierno indica que mantiene su negativa basado no solo en la oposición de la familia de Franco, sino por el hecho de que los restos del Generalísimo se encuentra en un lugar sagrado y por tanto, inviolable. Dice el P. Santiago Cantera a la vicepresidenta Carmen Calvo:
«Como usted bien sabe, los bienes inmuebles del Valle de los Caídos pertenecen a la Fundación de la Santa Cruz, y parte de ellos (entre los que se encuentra la Basílica) fueron cedidos en administración a esta Abadía, y el Templo, en particular, consagrado y posteriormente elevado a Basílica Menor por su Santidad Juan XXIII; por lo que su configuración como lugar de culto y el carácter "res sacra" de las sepulturas que se encuentran en su interior es indiscutible».
De hecho, la comunidad benedictina del Valle ha indicado por medio de su abogado que podrían recurrir al Tribunal Constitucional, pidiendo nuevamente la suspensión de la exhumación hasta que dicho tribunal se pronuncie.