(ECCLESIA Digital) La Asociación Enraizados, una voz católica en la vida pública, ha recibido esta semana la respuesta a las 4.235 firmas que envió recientemente a la Congregación para las Causas de los Santos relativas al apoyo al proceso de beatificación de la Reina Isabel la Católica. La Santa Sede ha respondido que la documentación enviada será conservada en el Archivo del Dicasterio. De esta forma, el Vaticano ha contestado al apoyo popular al proceso de beatificación de la Monarca.
Además, el pasado 22 de abril, cuando se cumplían los años del nacimiento de Isabel la Católica, se celebraron Eucaristías en 12 municipios españoles, promovidas por Enraizados, para pedir por dicho proceso. Entre los lugares donde se pidió por esta intención están el Monasterio Nuestra Señora de Gracia en Madrigal de las Altas Torres (Ávila), donde nació la Reina, o los Conventos de San Miguel en Trujillo y Santa Isabel la Real en Granada, fundados por ellas. También en la Capilla Real de la ciudad andaluza, donde están enterrados los Reyes Católicos.
«Isabel la Católica es un ejemplo de esposa, madre y política cristiana, y auspició la evangelización de todo un continente, una empresa que nadie más ha protagonizado en la Historia. Esperamos que su proceso de beatificación, iniciado ya hace bastante tiempo, concluya positivamente», explica José Castro, presidente de Enraizados.
En el último año, la Iglesia española ha promovido también el proceso, con la celebración en octubre en Valladolid de un simposio internacional sobre su figura. También el año pasado los obispos andaluces se adhirieron a la Causa y en marzo de este año lo hizo la Orden Franciscana Seglar, a la que pertenecía la Reina.
La curación milagrosa de Roy Yearling se atribuye a la intercesión de Isabel la Católica. Yearling padecía un cáncer de páncreas que, según todos los médicos, acabaría con su vida. Tanto su esposa, Sylvia, como el resto de su familia empezaron a rezar todos los días con gran fervor la oración a la Reina Isabel, rogando por la completa sanación de Roy, hecho que ocurrió sin que la medicina haya podido explicar aún.