(Agencias/InfoCatólica) La Conferencia Episcopal de Polonia apoya el «coraje» del empleado de IKEA despedido por «defender la fe» y citar la Biblia para expresar su oposición al Día del Orgullo Gay, y pide a multinacionales como la sueca que «abandonen sus actividades ideológicas».
«Aplaudimos la valentía de este hombre, un ejemplo de la importancia de defender la fe en la vida cotidiana, también en el ámbito del trabajo», explicaron desde la Conferencia Episcopal polaca, molesta por lo que consideran «actividades ideológicas» en algunas grandes corporaciones, entre ellas IKEA.
El comunicado firmado por el presidente para el Apostolado de los Laicos de la Conferencia, monseñor Ignacy Dec, resalta con firmeza que:
«Polonia no necesita la agresión y el desprecio, están destruyendo la paz social, están sembrando incertidumbre y suponen una amenaza. ¡Qué fácil, pero qué peligroso es enfrentar a los hombres! La Constitución de la República de Polonia no solo garantiza la libertad de religión a todos, sino que también protege contra la injerencia en las creencias personales contra la voluntad de la persona interesada».
Y alaba la actitud del empleado, poniéndola como ejemplo para otros laicos:
«Felicitamos al Sr. Tomasz por su valentía para profesar y defender la fe en la vida cotidiana. Este es el apostolado laico postulado por el Concilio Vaticano II en el decreto Apostolicam Actuositatem y recordado por San Juan Pablo II en la Familiaris Consortio. Su actitud merece reconocimiento e imitación».
El que fuera empleado de IKEA, Tomasz K. (no ha trascendido su apellido), fue despedido después de contestar con una cita de la Biblia a un mensaje de la compañía, que animaba a sus empleados polacos a sumarse a la lucha contra la homofobia.
«Si alguno se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, ambos han cometido abominación; son reos de muerte. Caiga su sangre sobre ellos» (Levítico 20.13) fue la cita que Tomasz difundió entre sus compañeros a través de una red social.
Tras conocer los hechos, IKEA decidió despedir al empleado alegando que el problema no eran las opiniones sino la forma excluyente y agresiva en la que habían sido expresadas, aunque la compañía sueca se ha negado a hacer más declaraciones sobre el despido.
Reacciones
Según cuenta Tomasz, unos días después, «me informaron de inmediato que IKEA decidió anular el contrato de trabajo». «Se suponía que debía empacar de inmediato, vaciar el gabinete, entregar mi identificación». El Instituto para la Cultura Legal Ordo Iuris, reveló que la corporación, pro-LGBT, había modificado el comentario y «emitió una declaración falsa» sobre la situación.
Por su parte, Tomasz ha remitido un comunicado a los medios donde asegura que «su mensaje en las redes sociales fue una reacción al adoctrinamiento» al que llevaba sometido durante años en IKEA.
Los hechos han provocado que algunos miembros del partido gobernante en Polonia, Ley y Justicia (PiS), hayan criticado a la marca sueca.
Así, el viceministro de Interior, Marcin Romanowski, acusó a la compañía de «discriminación y de vulnerar la libertad de conciencia y religión» de su empleado.