(CNA/InfoCatólica) El controvertido proyecto de ley que pretendía que los sacerdotes violen el secreto de confesión en California, ha sido retirado por su impulsor un día antes de su debate en el Comité de Seguridad Pública de este estado.
El proyecto de ley «California Senate Bill 360» fue retirado el lunes de la agenda de la reunión del Comité de Seguridad Pública de la Asamblea de California, programada para el 9 de julio.
El proyecto de ley, que fue aprobado con amplio margen en el Senado estatal en mayo pasado, establecía que el sacerdote debía romper el secreto de confesión en algunas circunstancias: si se enteraba de algún abuso infantil mientras escuchaba la confesión de otros sacerdotes o funcionarios de la Iglesia.
Reacción de los fieles
Las diócesis católicas de California, con la archidiócesis de Los Ángeles al frente, pidieron a los fieles que presionen a los congresistas del estado para que no se aprobase una ley que pretende obligar a quebrantar el secreto de confesión en casos de abusos sexuales.
Como consecuencia, más de 100 mil católicos enviaron cartas expresando su oposición. Por su parte, después de la votación del Senado en mayo, el Obispo de Oakland, Mons. Michael Barber, emitió una declaración diciendo que ni él ni ninguno de sus sacerdotes cumplirían con la ley si entrara en vigor.
«Iré a la cárcel antes de obedecer este ataque a nuestra libertad religiosa», escribió el prelado en mayo. «Incluso si este proyecto de ley es aprobado, ningún sacerdote puede obedecerlo», afirmó.
Libertad religiosa
La decisión del impulsor del proyecto de ley, el senador estatal Jerry Hill (D-San Mateo), se produjo apenas unas horas después de que el Comité emitiera un informe, donde se planteaban una serie de dudas sobre la Primera Enmienda de la propuesta.
Asimismo, sobre las objeciones a la libertad religiosa, muchos, incluido el informe del Comité de Seguridad Pública, señalaron que esta ley sería casi imposible de cumplir.
Por su parte, la Conferencia Episcopal de California emitió un comunicado ayer lunes en el que señala que la retirada del proyecto de ley es una victoria para la libertad religiosa.
«Este resultado es bueno para el pueblo católico de California y para los creyentes de todos los credos, no solo en este estado sino en todo el país», dijo el Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gomez.
«SB 360 era una legislación peligrosa. Fue una amenaza para el sacramento de la confesión que habría negado el derecho al secreto de confesión a los sacerdotes y decenas de miles de católicos que trabajan con sacerdotes en parroquias y otros departamentos y ministerios de la Iglesia», agregó.
La excusa de los abusos
Gomez agradeció a quienes trabajaron en contra del proyecto de ley, incluidos los «muchos líderes religiosos» de todo Estados Unidos.
«Es hermoso estar junto a nuestros hermanos y hermanas en las iglesias apostólicas orientales católicas y ortodoxas, con bautistas y pentecostales, anglicanos y luteranos, musulmanes y judíos, y la los de la iglesia de los Santos de los Últimos Días«, dijo.
El senador Hill había afirmado anteriormente que «se ha hecho un mal uso a gran escala del privilegio del secreto confesor-penitente, lo que ha resultado en el abuso no denunciado y sistemático de miles de niños en múltiples denominaciones y credos». Señaló que tal abuso había sido revelado a través de «investigaciones recientes realizadas por 14 fiscales generales, el gobierno federal y otros países».
Sin embargo, recientes investigaciones sobre la crisis de abuso sexual clerical en diferentes países y jurisdicciones, no presentan datos que establezcan que el uso de la confesión sacramental facilite el abuso sexual de menores.
De acuerdo con la Ley Canónica, los sacerdotes que violen el secreto de confesión al compartir cualquier cosa que conozca en el contexto sacramental con otra persona, en cualquier momento, por cualquiera que sea el motivo, están sujetos a la excomunión automática y otras penas, incluida la pérdida del estado clerical.
«Hasta derramar la sangre», recuerda el Vaticano en nuevo documento
El 1 de julio, el Cardenal Mauro Piacenza, jefe de la Penitenciaría Apostólica del Vaticano, que se ocupa de los casos relacionados con el secreto de confesión, emitió un documento que subrayaba el «requisito intrínseco del secreto total con respecto al sacramento de la confesión».
El documento fue recibido como respuesta a las presiones de los gobiernos de California y de otras jurisdicciones contra el sigilo sacramental.