(OMP/InfoCatólcia) Según explica Enrico Casale, responsable de la revista «Africa» de los Padres Blancos, «el gobierno ha aplicado una ley, aprobada en 1995, por la que se apropiaba de todas las estructuras sociales de la zona. Nunca había entrado en vigor hasta ahora». De esta forma, entre 2017 y 2018 se cerraron ya ocho clínicas católicas.
La Iglesia había creado y gestionado una serie de actividades de carácter social a favor de la población más pobre, como los afar, la población nómada de Dancalia, explicaba Casale en una entrevista de Vatican News. Este pueblo nómada se quedó sin el único centro médico de la región, que llevaban adelante las hermanas ursulinas. «Los hospitales católicas –explicaba– representaban un pilar del sistema sanitario nacional». Eran cerca de 40, entre hospitales, centros sanitarios y dispensarios, todos al servicio de la población, sin distinción étnica o religiosa, que ofrecían todo tipo de cuidados casi siempre de forma gratuita.
El pasado abril, los obispos del país, en una carta pastoral, pidieron un proceso de reconciliación nacional que garantizase la justicia social para todos. Tras el acuerdo de paz apenas alcanzado con Etiopía era una oportunidad para llevar adelante reformas profundas que ayudasen a la población. Son declaraciones que no han sido bien recibidas por los líderes políticos comunistas.
La semana pasada, este estado de partido único comenzó a cerrar los centros de salud de la Iglesia en todo el país, obligando a los pacientes a regresar a sus hogares y desplegando soldados para vigilar los edificios. Veintidós centros de salud han sido cerrados, dejando a miles de personas, la mayoría de ellas madres y sus hijos, sin atención médica.
El gobierno de Eritrea no ha emitido ninguna declaración dando razones de los cierres. En una carta abierta al ministerio de salud, la Iglesia dice que tales cierres nunca ocurrirían en un país donde existe el imperio de la ley.
La Iglesia católica es uno de los cuatro grupos religiosos autorizados en Eritrea, junto a los ortodoxos eritreos, los evangélicos luteranos y los musulmanes sunitas.