(Agencias/InfoCatólica) Acompañado por su abogado, Enzo Gianotti, Mons. Zanchetta se presentó ante la fiscal penal Mónica Viazzi, interina en la Fiscalía Penal de Violencia Familiar y de Género de Orán, y se negó a declarar. Ahora, el prelado no podrá regresar a Roma hasta que se defina su situación judicial.
A pedido de la fiscal, el juez de Garantías 2, Claudio Parisi, resolvió imputar a Zanchetta por el delito de abuso sexual continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido a dos seminaristas cuando era obispo de Orán. Por los mismos delitos, el sacerdote también está sujeto a una investigación canónica. La pena a la que se enfrenta el obispo es de 3 a 10 años de prisión.
El magistrado también ha decretado que el próximo 12 de junio el obispo sea sometido a un peritaje psicológico, le he retirado el pasaporte y le ha impuesto la obligación de fijar domicilio dentro del país y concurrir a todas las citaciones, asi como abstenerse de «acercarse a las víctimas o a su grupo familiar».
El papa Francisco explicó su proceder con Mons. Zanchetta en una reciente entrevista concecida a Televisa.
Cuando El Tribuno destapó el caso, Alessando Gissiotti, portavoz interino del Vaticano, salió al paso y aseguró que el Papa había nombrado a Zanchetta asesor de Adminstración del Patrimonio de la Sede Apostólica sin conocer las denuncias por abuso sexual. En sus últimas declaraciones, el Papa reconoció que estaba en conocimiento de las denuncias que se habían elevado ante la Nunciatura: «Se quejaron, se quejaron hasta que hicieron como clero una denuncia a la Nunciatura. Yo llamé a la Nunciatura, y el nuncio me dijo: ‘Mire, la cosa de la denuncia es seria por maltrato, abuso de poder, podríamos decir, ¿no?».
Las denuncias que realizaron cinco sacerdotes ante la Nunciatura fueron por acusaciones que constaban en un mismo documento: desmanejos económicos, abuso de poder y abuso sexual a seminaristas. El Papa solo se refirió públicamente a las de abuso de poder.