(CH/InfoCatólica) El diputado conservador David Anderson (Cypress Hills - Grasslands, Saskatchewan) presentó el proyecto de ley C-418, que busca proteger a los médicos que no están dispuestos a practicar directamente la eutanasia a sus pacientes ni proporcionar recetas para provocar la muerte.
Anderson explicó a CNA que se sintió inspirado a presentar el proyecto de ley después de escuchar las quejas de los médicos de que las políticas de «asistencia médica para morir» de Canadá constituían una violación del juramento hipocrático, una de cuyas cláusulas es:
Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna.
Precisamente Anderson hace referencia a dicha cláusula
«Una parte de ese juramento es 'no administraremos veneno'. Así que está claro, ¿verdad? Y, sin embargo, ahora se espera que el sistema médico sea el que realmente administre estos medicamentos que terminan con la vida de las personas».
La ley convertiría en ilegal «intimidar a un médico, enfermero, farmacéutico o cualquier otro profesional de la salud con el fin de obligarles a participar, directa o indirectamente, en la prestación de asistencia médica para morir».
El proyecto de ley también consideraría un delito despedir a alguien por negarse a participar en esas prácticas. El sistema de salud de Canadá dependiente del gobierno vincula las condiciones de trabajo de los médicos con la política impuesta por el ministerio de Salud.
Otro parlamentario conservador, Michael Cooper, indica:
«Una de las cosas que me preocupa es que estoy escuchando casos de médicos que han estado involucrados en cuidados paliativos en el pasado y que están dejando de hacerlo debido a la amenaza de ser obligados a participar en el suicidio asistido. Esto provoca que haya menos médicos de cuidados paliativos en Canadá, en un momento en que deberíamos alentar y fortalecer ese tipo de servicios sanitarios».
El año pasado las muertes por eutanasia en Canadá supusieron el 1.12% del total. Cooper advierte que el aumento del porcentaje de población anciana en el país, provocado por la baja natalidad, puede provocar una situación dantesca si se busca reducir el gasto público en la atención sanitaria a los ancianos promoviendo la eutanasia.