(InfoCatólica) Según el máximo tribunal surcoreano, la ley que desde 1953 impedía abortar salvo casos muy extremos «infringe excesivamente el derecho de la mujer a elegir». De hecho, los jueces han decidido que un ser humano en estado embrionario no tiene derecho a la vida porque depende completamente del cuerpo de la madre
«Los embriones dependen completamente para su supervivencia y desarrollo del cuerpo de la madre, por lo cual no se puede concluir que sean seres vivos separados e independientes, con derecho a la vida»
Dicho argumento podría emplearse en un futuro si se quisiera legalizar el asesinato de los bebés recién nacidos, pues también dependen completamente de los adultos para seguir viviendo.
Para llegar a esa sentencia, era necesario el voto a favor de al menos seis de los ocho jueces del tribunal. En 2012, el mismo tribunal había decidido mantener la prohibición del aborto tras un empate a cuatro en la votación.
La ley actual solo permite abortar en caso de violación, incesto, malformaciones graves o riesgo serio para la vida de la madre, y siempre y cuando la gestación no hubiera llegado a las 24 semanas. En esos casos, si la mujer está casada, debe además recibir el visto bueno de su marido.
La pena para las mujeres que abortan ilegalmente es hasta un año de prisión y una multa de 2 millones de won, unos 1.560 euros. El médico que practica el aborto puede ser condenado a dos años de cárcel y perder la licencia para ejercer.
La Conferencia Episcopal de Corea del Sur ha lamentado profundamente la decisión judicial: «El dictamen niega el derecho a la vida de los embriones, que no tiene la capacidad de defenderse por sí mismos»,