(Efe/InfoCatolica) Sobre la reforma de la Ley de Libertad Religiosa el ministro indicó que pretende regular cuestiones que hoy deben resolverse, caso por caso, en el ámbito de la jurisprudencia, porque la ley en vigor, aprobada ya hace treinta años, no podía prever circunstancias y situaciones que se están produciendo hoy en España con la pluralidad de confesiones religiosas.
Caamaño dijo también que la futura ley no va a afectar a los Acuerdos que tiene firmados el Estado con el Vaticano, "pero sí en potenciar un mejor trato de igualdad y definir espacios de neutralidad" en lo que compete a los poderes públicos.
La libertad religiosa está en la esencia de cualquier comunidad confesional, que tienen claro que eso lleva implícito el reconocimiento de las demás, agregó, y por ello, con la reforma "se intentan cubrir las lagunas de la ley en vigor, que hasta ahora han tenido que resolverse en los Tribunales de Justicia".
Serán "reglas claras y nítidas", precisó el ministro, como que "en materia religiosa todos somos minorías", y se reflejará también "qué espacios deben ser neutrales", por ejemplo en la asistencia religiosa en los hospitales o en el Ejército.
Preguntado si en la futura ley se introduciría la cuestión de la objeción de conciencia, Caamaño, dijo que la normativa "será de libertad religiosa y regulará también la libertad de conciencia,como qué ocurre con quienes no profesan ninguna religión, algo que, sin embargo, está ya contemplado en los Tratados internacionales suscritos por España".
Reconoció, no obstante, que la cuestión de la libertad de conciencia "no puede abordarse de una manera global, ya que los equilibrios deben ser siempre muy ponderados" y teniendo en cuenta que "la posición de conciencia no exime del cumplimiento de la ley".
Las objeciones de conciencia, recalcó Caamaño, son sólo las que están presentes en la Constitución o las que sean reconocidas por los representantes de los ciudadanos en el Parlamento.