(Gaudium Press/InfoCatólica) Los peregrinos pueden realizar este Vía Crucis solos o en pequeños grupos, y cuentan con una aplicación especial con GPS que los guía durante la travesía. Durante el camino se detienen en los puntos designados para cada una de las estaciones y leen las reflexiones sugeridas para la oración. El viaje suele terminar al amanecer y el destino es, en casi todas las rutas, un Santuario.
«Es extremo, porque tiene que viajar un mínimo de 40 kilómetros de noche», exponen los organizadores en la presentación oficial, quienes aclaran que los peregrinos deben viajar sólos o en silencio, sin que se sostengan conversaciones ni se realicen «picnics». «Debe ser doloroso para que usted deje su zona de comodidad y le diga a Dios: No estoy aquí porque tenga algo que hacer por mí, sino porque quiero encontrarme contigo. Este es el camino a una nueva vida».
932 rutas ubicadas en 422 poblaciones de 25 estados componen la red del Vía Crucis Extremo, de forma que los devotos pueden encontrar una ruta cerca a su lugar de residencia. Se les motiva a asistir a la Eucaristía de las ocho de la noche para partir en su recorrido y se pide guardar silencio desde la llegada a la primera estación. Se invita a los fieles a portar una cruz de madera y llevar la indumentaria y elementos necesarios para enfrentar la noche a la intemperie en condiciones climáticas variables.
El Vía Crucis Extremo es una iniciativa de Meska Strona Rzeczywistosci (El Lado Masculino de la Realidad), una organización de hombres católicos que apoya la vivencia de la fe desde la virilidad. Sus miembros fomentan la vida de oración diaria combinada con los deportes y las actividades de servicio, con apoyo a su proyecto de vida profesional y cuidando sus relaciones sentimentales y familiares desde una visión católica.